El Constitucional surcoreano se reúne para decidir si destituye a la presidenta

El Tribunal Constitucional de Corea del Sur se reunió hoy por primera vez para debatir si respalda la decisión del Parlamento de destituir a la presidenta Park Geun-hye por el escándalo de corrupción con el que se la relaciona.

El portavoz de la corte, Bae Bo-yoon, explicó hoy en una rueda de prensa en Seúl que el órgano ha solicitado a Park que remita un escrito en respuesta a las acusaciones sobre su participación en el caso de la llamada “Rasputina surcoreana”, el mayor escándalo político de los últimos años en el país asiático.

El tribunal ha dado de plazo hasta el viernes para que la mandataria entregue el texto, aclaró Bae en declaraciones recogidas por la agencia Yonhap.

El órgano, que tiene un plazo de seis meses para validar o rechaza la destitución de la presidenta, también ha solicitado al Ministerio de Justicia y a la Asamblea Nacional (Parlamento), que el viernes aprobó por mayoría la destitución de Park, compendios de sus posturas oficiales en torno al caso.

“Dado que este caso es muy complicado, vamos a debatir con todas las partes implicadas de cara a no malgastar tiempo en torno a factores en los que ambos lados vayan a estar de acuerdo”, añadió Bae.

La decisión parlamentaria del viernes despojó provisionalmente a Park de sus poderes como jefa de Estado y deja en manos del Constitucional la decisión de hacer efectiva su destitución.

Para que esto suceda seis de sus nueve jueces deben votar a favor de la decisión adoptada por el Parlamento surcoreano.

Aunque la actual composición del tribunal es eminentemente de corte conservador (al igual que la presidenta, que ha nombrado directamente a dos de sus magistrados), se ha determinado por sorteo que el caso será presidido por el juez Kang Il-won, cuyo nombramiento fue consensuado por conservadores y liberales en 2012. El Tribunal Constitucional tiene un plazo de hasta 180 días para aceptar o no la destitución de Park, a la que la fiscalía considera cómplice en el caso de corrupción encabezado por Choi Soon-sil, conocida como la “Rasputina surcoreana”.

Choi, amiga íntima de Park y actualmente en la cárcel, está acusada de haber intervenido en asuntos de Estado a pesar de no ostentar cargo público y haber extorsionado a empresas para obtener cuantiosas sumas de dinero que se habría apropiado parcialmente, entre otros cargos.

Aunque Park ha pedido disculpas públicamente en tres ocasiones y ha prometido que dimitirá antes de que acabe su mandato, ha hecho uso de su inmunidad para negarse a ser interrogada por la fiscalía.