Cursos para evitar la radicalización de los imputados en el integrismo islámico en Francia

El Tribunal de Gran Instancia de Mulhouse, en la región francesa de Alsacia, va a impartir desde este mes cursillos para evitar la radicalización de la personas imputadas por integrismo islámico pero sin llegar a cometer actos terroristas, reveló hoy “Le Parisien”.

La iniciativa de la Fiscalía de Colmar (noreste) está respaldada por el Ministerio de Justicia que, en caso de demostrarse su eficacia, la podría generalizar a todo el país.

La duración de los cursillos, de la que se ha excluido darles una dimensión religiosa -no habrá imanes ni otros representantes del culto musulmán-, será de entre dos y tres meses y estará adaptada a cada caso.

El fiscal general de Colmar, Jean-François Thony, explicó en “Le Parisien” que “el aspecto religioso no es central en el fenómeno de radicalización, sobre todo entre los jóvenes” ya que lo que domina es “un proceso de tipo sectario” en el que “el islam podría ser sustituido por otra religión o por otra forma de compromiso personal”.

Es decir, que “en el origen no hay un problema de creencia, sino una falta de referentes y ese vacío se cubre con nuevos valores, en este caso los del islam radical, a los que a menudo se añaden rupturas de vínculos familiares, el rechazo de su entorno y un cambio de costumbres”, añadió Thony.

El programa prevé cuatro etapas, la primera para establecer un diagnóstico de la situación social, familiar y psicológica del individuo a través de entrevistas individuales.

A continuación se trata de romper con la influencia de los grupos radicales y restablecer otros vínculos sociales, por ejemplo con actividades con la familia.

Para desmontar el discurso radical, se contemplan confrontaciones con víctimas de terrorismo o con jóvenes que han abandonado organizaciones extremistas, así como talleres para explicar los métodos de manipulación utilizados, en particular en las redes sociales.

Por último, se pretende favorecer la reinserción social y profesional, y eso puede suponer proporcionar una vivienda, un puesto de trabajo o una formación.

Los magistrados podrán utilizar los cursillos en todas las fases del procedimiento judicial. Así que podrá ser incluso una alternativa a una imputación si los hechos reprochados tienen un carácter menor al igual que los daños.

Los cursillos también podrán formar parte de un control judicial o de la pena, y los jueces de menores los podrán imponer como medida educativa.

Se utilizarán para casos como delitos de apología del terrorismo, provocación público de odio, abuso de debilidad o de forma general cuando está presente la circunstancia agravante de discriminación.