D'Alema ve inviable el proyecto independentista catalán y pone el ejemplo de Kosovo

El exprimer ministro italiano Massimo D'Alema ha advertido hoy de que el independentismo no es un proyecto “viable” y puede generar “desilusiones y resentimientos”, y se ha preguntado si el futuro de Cataluña es estar “al borde de la legalidad internacional” como Kosovo.

D'Alema ha participado en la clausura en Barcelona de la Convención Federalista organizada por la Fundación Rafael Campalans -laboratorio de ideas del PSC-, junto al líder y candidato de los socialistas catalanas, Miquel Iceta, el expresidente del Parlamento Europeo Josep Borrell y el expresidente catalán José Montilla.

En el arranque de su intervención, D'Alema ha recordado que fue “testigo” y tuvo “parte de responsabilidad en la decisión dramática y también inevitable de la guerra de Kosovo”.

“Algunos años después, como ministro de Exteriores, presidí la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la independencia de Kosovo, que terminó sin acuerdo y sin una decisión. Recuerdo que nadie evocó el principio de autodeterminación”, pese a que muchos países eran favorables a su independencia, ha dicho.

D'Alema ha rememorado que, a pesar de que la separación fue motivada por una guerra, una “depuración étnica” y la “imposibilidad de vivir juntos en los límites de un solo estado sin conflictos y enfrentamientos”, estaba “claro que se trataba de una situación excepcional que no podía servir de precedente en cualquier caso”.

“Y a pesar de ello -ha matizado-, Kosovo no ha logrado la posibilidad de ser miembro de Naciones Unidas ni de cualquier organismo internacional. ¿Eso debería ser el futuro de Cataluña, al borde de la comunidad internacional? No lo creo”.

A su juicio, “la independencia es una bandera, es una emoción, buena para tomar votos, pero no un proyecto político viable. Y es peligroso crear ilusiones que van a dejar campo a desilusiones y resentimientos”.

Ha advertido también de un “dato impresionante”, al apuntar que el PIB de cada estado nacido de la desintegración de Yugoslavia “es hoy más bajo de lo que había en 1990”.