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Dirección provisional, relevos parlamentarios y compitiendo por ser oposición: el PSOE busca su sitio

Antonio Hernando y Javier Fernández en una reunión en el Congreso.

Irene Castro

El PSOE inicia una legislatura complicada con algunos tropiezos internos y parlamentarios. Los socialistas, pilotados por una dirección provisional desperdigada, tratan de sacar pecho de su labor como oposición frente a los reproches de los demás grupos. Se han visto obligados a dar explicaciones sobre polémicas decisiones, como posicionarse contra la comparecencia de José María Aznar o su intención inicial de permitir que el reprobado Jorge Fernández Díaz presida una comisión. A la presión del PSOE de desmarcarse del PP tras dejar gobernar a Mariano Rajoy se ha sumado la crisis interna acrecentada por la decisión de la gestora de castigar a los diputados que votaron en contra en la investidura.

El nuevo poder del PSOE comenzó el ciclo parlamentario gestionando una abstención para dar el poder al PP que profundizó la división del partido. Los defensores del voto en blanco aseguraron que los socialistas “crujirían” al PP y que harían una “oposición firme” para acabar con sus políticas. Eso les ha llevado a presumir de su actividad hasta el punto de asegurar que la aprobación de una de sus medidas en el Congreso suponía el comienza de la derogación de la Lomce, aunque el efecto que producirá ya lo había prometido el Gobierno.

“No tenemos partido”

Pero la crisis interna y la competencia con Unidos Podemos por alzarse como la oposición tapan los ejes programáticos que persigue el PSOE. No obstante, dentro del grupo surgen críticas a la desorientación de la nueva dirección. “No tenemos partido”, lamenta una diputada, que se queja de la falta de estrategia parlamentaria.

Una de las primeras decisiones que el PSOE tuvo complicaciones para gestionar fue su posición en la Mesa del Congreso sobre la petición de comparecencia de José María Aznar para rendir cuentas por la corrupción en el PP. Los socialistas explicaron que quieren que el expresidente dé explicaciones, pero en una comisión de investigación pues consideran que es el órgano pertinente y se escudaron en un informe de los letrados de la Cámara que así lo aconsejaba.

La prueba más visible de la incertidumbre del grupo parlamentario ha sido la decisión a última hora de presionar al PP para que retirara la propuesta del exministro del Interior Jorge Fernández Díaz para la presidencia de la Comisión de Exteriores del Congreso.

El portavoz socialista, Antonio Hernando, aseguró la semana pasada que no evitaría el nombramiento del exministro reprobado por el Congreso. Este martes repitió el argumento al asegurar que el reparto de puestos en las comisiones responde a un pacto entre todos los grupos y se negó a romperlo. Unas horas después, y ante la presión de Unidos Podemos que planteó una alternativa a la de Fernández Díaz, el PSOE reaccionó y emprendió un diálogo con los conservadores para tratar de forzar un cambio en la presidencia.

El desconcierto ha quedado claro en el PSOE. La portavoz adjunta, Isabel Rodríguez, ha insinuado que en el momento de la rueda de prensa en la que Hernando se mostró favorable a permitir el plan del PP los socialistas ya estaban presionando a los de Rajoy en sentido contrario. Fuentes socialistas han asegurado que no fue así y que la primera llamada fue al término del pleno, pasadas las 20:30 horas. Los socialistas están convencidos de que han logrado descabalgar a Fernández Díaz, que finalmente presidirá la Comisión de Peticiones, que debe estar dirigida por el grupo mayoritario.

El PSOE está sumido en una profunda crisis interna que sigue acrecentándose. En el grupo parlamentario cunde el malestar por la decisión de la gestora de acometer cambios para sacar de puestos de responsabilidad a los diputados díscolos. “Cosen a bombazos”, lamentaba un destacado dirigente tras conocer la decisión de apartar a José Zaragoza de la presidencia de una comisión.

Ni siquiera los dirigentes afines a la gestora coinciden en que se aparte a los diputados que mantuvieron el no. “Es un error”, aseguraba este miércoles un destacado diputado que fue de los primeros en apostar por la abstención. Pero ahora cree que es necesario “no echar más leña al fuego” y que son partidarios de tener “paciencia” manteniendo las cosas como están para apaciguar los ánimos. “Los diputados necesitan ver que tienen una dirección que toma decisiones”, argumentan del lado contrario.

Cambios que generan enfado

Esa es la estrategia que han llevado a cabo los favorables a Pedro Sánchez este miércoles. César Luena ha hecho unas declaraciones en el Congreso lamentando el “castigo” y exigiendo a la gestora que se limite a sancionar económicamente a los 15 que se saltaron la disciplina de voto, como recoge el reglamento. Lo mismo ha hecho el exsecretario general a través de Facebook: “Ya ha habido sanciones pecuniarias, que son las establecidas en nuestro reglamento. Sumarle ahora a ello los ceses de portavocías y presidencias de los diputados del 'no', no hace más que ahondar en la fractura que sufre el PSOE -expresa-. Hagamos oposición al PP, no oposición a nosotros mismos”. Desde el punto de vista interno, los afines a Sánchez y los que critican las represalias creen que supone desgaste para Susana Díaz y Javier Fernández.

Además de los dos primeros cambios que ya se han ejecutado, la gestora tiene previsto llevar a cabo más en la primera reunión que mantiene tras la del 23 de octubre, celebrada justo después de la abstención. Los puntos de vista difieren entre los dirigentes consultados. Lo que se da por hecho en el PSOE es que Sofía Hernanz y Meritxell Batet saldrán de la dirección de grupo: “No puedes estar en una dirección que ha de exigir una disciplina de voto cuando te la has saltado”, expresa un miembro de la gestora. No obstante, algunos socialistas son partidarios de mantener a Batet como gesto al PSC, con quien tienen que iniciar conversaciones para revisar la relación entre ambos partidos.

En la gestora hay voces que defienden que los cambios sean “para todos por igual”. “¿Cómo le explico a Pere Joan Pons [diputado balear apartado de la portavocía de la Comisión para la UE] que a él le hemos quitado pero que no quitamos a Susana Sumelzo?”, se pregunta ese mismo dirigente. Algunas fuentes ven factible levantar la mano con los portavoces del PSC porque forman parte de otro partido mientras que otras apuestan por no tocar ninguna.

Quien ha generado “mucha animadversación”, según fuentes socialistas, es Margarita Robles. A la exmagistrada le recriminan que haya iniciado una gira mediática defendiendo el 'no' como muestra de la “palabra dada” y defendiendo que el PSOE debe convocar un congreso cuanto antes sin ser siquiera militante. En las filas socialistas daban por hecho la salida de Robles de la presidencia de la Comisión de Justicia, pero la ruptura del pacto por parte de los socialistas con su oposición a Fernández Díaz complica el plan, según algunas fuentes, porque el PP podría responder con un rechazo a otra propuesta del PSOE para arrebatarles el puesto.

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