El fin del EI tiene que llegar través de los suníes, según un experto de EEUU

El vicepresidente del Instituto de Investigación sobre Oriente Medio, de Estados Unidos, Alberto Fernández, ha afirmado hoy que el fin del autodenominado Estado Islámico (EI) tiene que venir de los suníes, sean o no sirios o iraquíes. “Ese es el corazón del asunto”, ha remarcado.

En una entrevista con Efe con motivo de su participación en unas jornadas sobre las nuevas dimensiones del terrorismo global, Fernández ha considerado que en la reacción contra el EI tras los atentados de París es “esencial” una respuesta político-militar sobre el terreno.

La inmediata, ha agregado, es la que ha adoptado Francia de investigación policial, pero la segunda debe ser contra el EI y en diferentes niveles, entre ellos el ideológico, porque solo los bombardeos no van a resolver mucho.

En ese sentido, ha insistido en que es importante una respuesta político-militar donde está el EI, en Siria e Irak, porque si ese grupo, que tiene una ideología “completamente ambiciosa”, se achica y queda en el desierto haciendo una pequeña guerra de guerrillas, entonces se abrirá una brecha muy grande entre esa visión y una realidad “pobre, pequeña”.

Pero eso, ha apuntado, no lo puede hacer occidente solamente y son necesarios “socios” en el terreno, y los kurdos y el gobierno y el ejército de Iraq pueden jugar un papel, si bien el fenómeno del EI es suní y “el final de ese estado viene a través de los árabes suníes”, sean o no sirios o iraquíes.

Para Fernández, que también es miembro de la Junta Directiva del Centro para Cyber Seguridad y Seguridad Nacional de la Universidad George Washington, el núcleo del problema no está fuera de Oriente Medio.

El crecimiento del EI, ha explicado, se enmarca en una crisis profunda en la región, donde han creado un “refugio”, específicamente en Siria, como consecuencia de la guerra, e Irak, por el “caos”, pero también la debilidad de los regímenes en la zona les ha dado una oportunidad para ocupar un territorio, amplificar su ideología “venenosa” y cometer atentados fuera de sus fronteras.

Los países árabes, ha añadido, están trabajando en la lucha antiterrorista, aunque ha destacado que el problema es que hay varias políticas y países en Oriente Medio que luchan contra el terrorismo pero al mismo tiempo promueven ideologías que lo apoyan.

Por otra parte, respecto a los “lobos solitarios”, ha destacado que requieren un trabajo de “hormiga” de las fuerzas de seguridad y también conocer qué está ocurriendo en el “ciberespacio”, cómo el EI utiliza los medios de comunicación para radicalizar a las personas.

A diferencia de Estados Unidos, en donde la radicalización es más individualista, en Europa es en grupúsculos -vecinos, amigos, familiares- y ese espacio “cara a cara”, ha apuntado, es más difícil de afrontar por una cuestión de capacidad, y lo que más se acerca es el trabajo social, aunque en muchos países no es una alta prioridad y quizá debería haber más fondos.

En cuanto a la posibilidad de que haya atentados similares a los de París en España, ha indicado que aunque los “blancos” más importantes para el EI son Estados Unidos, Reino Unido y Francia, España estaría muy cerca no tanto por lo que hacen los españoles, sino por la historia, por la “obsesión” por Al-Andalus.

“Ellos están contra cualquier persona que no está con ellos”, incluido el musulmán que vive en occidente y no está en contra del gobierno y no es terrorista, y esa es una cuestión que hay que tener “bien clara”, ya que no van a dejar de atacar un país porque cambie su política exterior, algo que de hecho hizo España tras los atentados de 11-M y todavía es un “blanco”.