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“Ciudadanos no conecta con el dolor social, como si no hubiera habido suicidios”

El secretario político de Podemos, Íñigo Errejón. / Marta Jara

Andrés Gil / Aitor Riveiro

Íñigo Errejón (Madrid, 1983) es el secretario político de Podemos. Y el director de la campaña electoral para la que nació el partido de Pablo Iglesias en enero de 2014, la del “asalto a los cielos”, según proclamó el propio Pablo Iglesias en Vistalegre hace un año. Errejón, politólogo, es el principal estratega de un partido al que las encuestas llegaron a situar a principios de 2015 como la fuerza política preferida por los votantes. Ahora, a seis semanas del 20D, Podemos intenta recuperar fuelle en las encuestas con tres elementos enumerados por el propio Errejón en esta entrevista con eldiario.es: “Los fichajes para las listas, las confluencias en Catalunya, Galicia y País Valenciano; y la vuelta de Pablo desde el Parlamento Europeo”.

Acaban de anunciar los fichajes de Julio Rodríguez, exjefe del Estado Mayor de la Defensa; el catedrático de Derecho Constitucional Javier Pérez Royo; la exportavoz de Jueces para la Democracia en Canarias Victoria Rosell. El 16 acaba el plazo para registrar las listas. ¿Qué perfiles les quedan por incorporar?de Julio RodríguezJavier Pérez RoyoVictoria Rosell

Queremos mostrar lo amplio que es el país, la mayoría social que ha estado huérfana en las instituciones. Buscamos incorporar a gente que está a favor del cambio político pero que no se ha decidido a dar el paso público y que te encuentras en la calle o en un acto y se acerca y te lo dice. Se trata de romper el cerco que se ha construido con etiquetas muy estrechas sobre quién es la gente que confía en el cambio político. Mostrar la amplitud de perfiles profesionales, de edad y de procedencia. Y también de meritocracia, que es raro que adquiera un valor progresista y que consiste en incorporar a gente que además de contribuir con sus manos, sus ideas y su pasión al cambio aporta el aval de las cosas que ya han hecho.

Pero, ¿cuáles faltan?

Faltan fichajes en las listas, pero también perfiles que ayuden a aquilatar que el próximo Parlamento puede funcionar en clave constituyente. Para eso hacen falta perfiles que traigan experiencia de lo que han hecho y estudiado. Con capacidad no de ser un diputado más, sino de ir un poquito más allá. Si queremos ser consecuentes con esta idea de que en estas elecciones nos estamos jugando un proyecto de país para la próxima década, necesitamos gente que nos ayude a levantar la cabeza y a decírselo a muchos sectores. Desde el medio ambiente hasta las infraestructuras, las pymes o los autónomos.

¿Está costando incorporar a algunas de esas personas?

La campaña contra Podemos ha elevado el coste de la incorporación al proyecto. Se ha trasladado el mensaje de que hay una especie de techo de cristal para la incorporación de gente de fuera de la política y que dice algo así como que este mundo es muy despiadado como para que haya amateurs que den el paso. Y algunos al final dicen “uff, mejor me lo pienso”.

¿El miedo es el único motivo que esgrimen los que han dicho que no?no?

Hay motivos personales y laborales. Nos ha pasado con Julio [Rodríguez, que irá de número dos por Zaragoza]. Se ha cuestionado si un militar puede acabar en un partido político pero no se cuestiona que pueda ir a un lobby armamentístico. Y nadie ha dicho nada. Nadie saca portadas, nadie dice tu nombre. Eso te lo pueden asegurar determinados partidos políticos, como ha pasado con Trinidad Jiménez, que ha sustituido a Rato en Telefónica. Te aseguran un retiro dorado. Nosotros, no. Cada incorporación ayuda a la siguiente.

¿En qué lugar quedan las primarias del verano cuando se están cambiando las listas?primarias del verano

Eran las primarias de Podemos, de los militantes. Y dijimos que les faltaban ser trufadas con alianzas plurinacionales y con incorporaciones de la sociedad civil, con gente que en algunos casos no puede someterse a primarias por motivos laborales. Es verdad que corrimos mucho por los rumores del adelanto electoral, no queríamos que nos cogieran con el pie cambiado.

¿Las listas representan el resultado de esas primarias?el resultado de esas primarias?

Salvo los fichajes y la gente que entra por acuerdos con otros espacios políticos y sociales, es gente de las primarias. Y es verdad que introdujimos un criterio de flexibilidad para que las razones internas no bloquearan la posibilidad de hacer cosas que para afuera son muy bien recibidas. Como Julio Rodríguez, que creo que sólo lo han visto mal PP y PSOE. Habría sido atarse de manos impedir incorporar a alguien de su talla.

Esos acuerdos territoriales que menciona les han llevado a abrirse en Galicia, Catalunya y País Valenciano y a incumplir en parte el referéndum del verano, con sujetos políticos propios y la marca Podemos en segundo lugar.

Hay que ser coherente con la idea de que España es un país plurinacional y que por tanto hay encajes políticos diferentes en distintos territorios: una fuerza nacional, popular y democrática en España, y en las naciones periféricas encajes con espacios políticos propios que existen. Un encaje plurinacional en el que hay una fuerza matriz estatal que teje acuerdos de reconocimiento mutuo con las fuerzas de las naciones sin Estado, que van a ser claves para el cambio constitucional. Y nuestros propios compañeros nos pedían acuerdos políticos específicos y que reconozcan que su interlocutor estatal sea claramente Podemos.

Pero el referéndum establecía que debía ser Podemos guión (Podemos-X)referéndum

Es verdad. Hemos buscado fórmulas para que se vea que Podemos es el interlocutor estatal que va con fuerzas de allí. Nosotros en nuestra comunicación para todo el Estado será 'Podemos con' y esos espacios lo harán mostrando el orden al revés. Que se constituya una fuerza catalana, por ejemplo, con un referente estatal.

¿Les preocupa que los votos de esas comunidades distorsionen la foto de la noche electoral, ya que no se sumará en su casillero?

Pero cuando se vea la foto del grupo parlamentario...

¿Pero no van a ir al otro? ¿No tendrán uno propio si les dan los números?

Sí, pero la Mesa del Parlamento tiene mucha discrecionalidad. Hay que modificar el Reglamento del Congreso para que reconozca la plurinacionalidad y el encaje de fuerzas nacionales. Es una reivindicación histórica del PSC y vamos a pelear por que sea así. Nos hemos comprometido a que cada fuerza nacional tenga un funcionamiento propio dentro de un grupo que tenga un carácter confederal.

¿Y no les preocupa cómo se visualiza eso el 20D por la noche?

Sí, ya pasó en las municipales. Creo que la dinámica de campaña va a mostrar claramente cuál es el contenedor estatal que agrupa todo eso. Tenemos que empezar a ser nosotros como el país que queremos diseñar y demostrar que con eso se suma más. El referente estatal es Podemos y con quien hay que construir fuerza para un cambio constitucional es con Podemos.

En esas alianzas en Catalunya y Galicia está también Izquierda Unida como fuerza estatal.

Nosotros hemos formado alianzas plurinacionales que han reconocido que el referente estatal es Podemos y que es con quien hay que construir fuerza para un cambio constitucional. Pero también puede haber más diputados que apuesten por el cambio y con los que podamos encontrarnos.

Pablo Iglesias ha comenzado a hablar de “remontada” pero las últimas encuestas les dan porcentajes bajos. ¿En qué perciben esa remontada?

Hay indicadores numéricos, pero nos fiamos poco. Más que nada porque tenemos una situación que se estudiará en las facultades, que nadie predijo todos los terremotos políticos que han ocurrido este año. Eran imposibles. Todo lo que ha pasado no podía pasar. Y pasó. Esto no quiere decir que ya esté hecho. Es dificilísimo.

¿Y en qué se basan entonces para hablar de un cambio de tendencia?

Hay indicadores más cualitativos, que tienen que ver con cómo se percibe un clima. Tiene que ver con la gente en la calle o en los actos. O la capacidad de recuperar iniciativa política. Por una parte las nuevas incorporaciones, por otra las alianzas plurinacionales y que Pablo [Iglesias] haya vuelto de Bruselas y pueda trabajar exclusivamente en la política nacional.

¿Por qué ha tardado tanto en volver?

Nos comprometimos y teníamos una lupa enorme. Queríamos cumplir en Bruselas y que nadie nos pudiera poner una coma. Pero es verdad que se ha notado en las horas que hemos podido trabajar juntos en el día a día, porque el compañero que es secretario general y que va a ser candidato se pasa unos cuantos días en Bruselas trabajando.

La Marcha del Cambio fue su momento álgido y después comenzó la sensación de pérdida de fuelle con las elecciones andaluzas.

El clima se había empezado a nublar un poco antes de la Marcha del Cambio, pero todavía no se percibía. La Marcha del Cambio fue clave. Se ha escrito poco y explica muchas cosas. Fuimos capaces de poner encima de la mesa una fuerza política descomunal porque era una marcha de gente que decía que puede haber una mayoría nueva y queremos convertirla en poder político. Ahora bien, toda esa gente viene con un clima más enrarecido, aunque quizá no había hecho efecto todavía.

¿Y qué pasó?

Nos descubrió la capacidad de los aparatos de opinión del establishment. La Marcha del Cambio es una demostración de fuerza inmensa un sábado pero el lunes no existe. Los defensores del orden viejo tienen más capacidad de enfrentarse a una gran oleada que a un conjunto de iniciativas que van abriendo hueco. Es como un combate entre un esfuerzo por decirle a nuestra gente que no están solos y el de los aparatos de conservación del orden por decirle “esto va para abajo, no sois tantos”.

¿Y la gente se lo creyó?

Tenemos que hacer permanentemente ese sobreesfuerzo. Ante esa demostración de fuerza, la gente que confía en el cambio político cree que es posible. Pero vuelve a casa como individuo sometido a ese bombardeo que dice que no es para tanto. Y tenemos que aumentar siempre la apuesta. Y nosotros mismos nos asfixiábamos. Pero igual que el clima nublado tiene un efecto de resta, el clima soleado es capaz de producir lo contrario. El problema es que nosotros no solo hacemos el regate sino que explicamos al otro cómo se lo hacemos. Y a la tercera te pillan el truco.

¿Y Ciudadanos ha aprendido ese regate?

Ciudadanos ha leído bien el clima de época, practica sin disimulo la copia pero light. Hay fórmulas, metáforas, imágenes e iconos que son exactos. Nosotros estamos a favor del copyleft, pero... Es la opción del regeneracionismo conservador que ha sabido leer el clima de época.

¿Y en qué fallan?

No han sabido leer que la voluntad de cambio encuentra culpables que se tienen que ir para que haya regeneración. Y tampoco conecta con el dolor social, como si a la gente no le dolieran las cosas, como si no hubiera habido suicidios en España, ataques a los servicios públicos y la gente no cobrara una mierda y encadenara contratos para ver si puede llegar a fin de mes.

¿Cómo les afecta a ustedes su llegada?

Nosotros hemos pagado un precio por ir delante abriendo brecha y hemos pagado el choque con los sectores que han jugado a conservar. Y esto hay que explicarlo: ¿alguien se pensaba que los privilegiados no iban a responder? Bastante tardaron. Se defienden, contraatacan y a nosotros nos toca redoblar la ofensiva para lograrlo. Pero es obvio que pasar un año en la grieta de la posibilidad de que haya cambio político pasa una cierta factura.

¿Les empuja Ciudadanos a un rincón del tablero que no les interesa?

Complejiza el mapa. Ciudadanos aspira a redibujar la diferencia entre lo nuevo y lo viejo, a conservar el orden tradicional con formas e imágenes de lo nuevo. Y eso obliga a competir en ese terreno. En mi opinión, y esto es muy personal, si una parte de la defensa y el fortalecimiento de un orden marcadamente corrupto e injusto, como era el que nosotros impugnamos, pasa por copiar y hacer propias algunas de las banderas del cambio, eso demuestra que estaban acertadas. Si una de las mejores operaciones de los de siempre para conservar su poder es asumir los postulados del cambio, eso indica lo acertados que eran.

Sería un error dejarle a Ciudadanos algunos de los contenidos que el 15M puso encima de la mesa. Yo me imagino de acuerdo con Ciudadanos en una reforma electoral, pero no me los imagino blindando los derechos sociales porque les veo más cerca del PP. Y no me imagino al PSOE cambiando el sistema electoral, pero si tenemos la fuerza para hacerles cambiar, me lo imagino a la zaga apoyando el fortalecimiento de derechos sociales.

Tienen que diferenciarse en lo ideológico de Ciudadanos y en lo formal del PSOE, ¿esto no les complica un poco el discurso?

Sí, pero demuestra que España ha cambiado y que hay cosas a las que hoy ya es muy difícil resistirse. Ciudadanos le permite al sistema político y a los sectores poderosos tradicionales una opción que parezca de autorregeneración. Al final, tu adversario para combatirte se te tiene que parecer un poco por lo que tus ideas se abren camino, pero también las utilizan para fortificar lo que ya existía. Hay un proceso de contaminación, en el buen sentido de la palabra. Podemos se ha manchado de España y España se ha manchado un poquito de Podemos.

El 20 de diciembre llega el momento para el que ha nacido Podemos. ¿Y después?

Con este diseño. En Vistalegre decidimos el qué y el cómo de este ciclo corto, hasta las elecciones generales. En un momento acelerado y comprimido. Y después, según se den las elecciones generales. Hemos construido una máquina de guerra electoral y después va a haber tiempo y necesidad de construir algo que tiene que parecerse más a un movimiento popular capaz de vehicular, de enraizarse y de aguantar un tiempo más largo. La Morada de Madrid es fundamental y es alucinante cómo ayuda a construir comunidad política y tejido en el barrio.

¿Esa no era la función de los círculos?

Sí, pero los círculos han estado eligiendo órganos, haciendo campañas permanentemente, participando de los procesos programáticos. Nosotros nos habríamos volcado más en un año con otros retos. Siempre hemos dicho que estaba el carril corto, electoral y de pelea mediática, y el largo, con una pedagogía que permita abrir discusiones que hoy son difícilmente abribles. Pero a Podemos se le exigía a la vez que se construyera como fuerza política, que revitalizara una sociedad civil en reflujo desde hace tiempo, que a la vez lo hiciera fantástico en las elecciones, fichara expertos y con un programa que nadie pudiera poner en cuestión. Y con una participación extrema y todas las discusiones abiertas. En Vistalegre decidimos que no todo se podía hacer a la vez.

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