España y el Consejo de Europa: Cuarenta años de democracia y derechos humanos

España celebra esta semana el 40 aniversario de su ingreso en el Consejo de Europa, garante de la democracia, el estado de Derecho y los derechos humanos. Aún sin una Constitución democrática, bastó el compromiso del Gobierno de Adolfo Suárez y de los líderes de la oposición Felipe González y Santiago Carrillo.

La adhesión de España no sólo se hizo en tiempo récord, sino que fue un proceso inédito. Un año antes, Portugal había accedido a la organización paneuropea, pero después de aprobar su Carta Magna.

La Constitución española tardaría trece meses en entrar en vigor, tras ser aprobada por las Cortes y en referéndum. Fue una adhesión “por palabra de honor”, como escribiría después el primer embajador español ante el Consejo de Europa, José Luis Messía.

Las autoridades españolas se comprometieron entonces a recoger en la Constitución los valores del Convenio Europeo de Derechos Humanos de 1950.

Legalizado el Partido Comunista de España (PCE) y celebradas las elecciones legislativas, la Asamblea Parlamentaria del Consejo debatió el 12 de octubre de 1977 el informe “La situación en España”, cuya recomendación 820, a favor de la adhesión, fue aprobada a mano alzada por unanimidad.

Entre los intervinientes, el socialista portugués Nuno Godinho de Matos, que homenajeó la labor del rey Juan Carlos, y también diputados de diferentes nacionalidades que destacaron los “grandes esfuerzos” democráticos de España.

Habló como observador el presidente del Senado, Antonio Fontán, que expresó “el deseo y la determinación del Gobierno de entrar en el Consejo de Europa lo antes posible” y disculpó la ausencia de Felipe González y Santiago Carrillo, que tuvieron que regresar a España.

El presidente de la Cámara, el socialista austríaco Karl Czernetz, dijo que la adhesión española era un “gran evento, quizás uno de los más grandes en la historia del Consejo”. España se convirtió un mes después en el vigésimo miembro de la organización.

El 24 de noviembre de 1977 se celebró el solemne acto en el Palacio de Europa, sede de la organización en Estrasburgo, donde el ministro de Exteriores, Marcelino Oreja, hizo entrega de los instrumentos de ratificación.

El evento finalizó con la izada por primera vez de la bandera española en la entrada del Palacio, junto a las otras 19 enseñas, al son del himno español.

El primer acto de España como miembro de pleno derecho fue la firma, esa misma tarde, del Convenio europeo sobre el estatuto jurídico del trabajador emigrante.

Durante estos cuarenta años, España ha ratificado 136 convenios y protocolos del Consejo y ha firmado 11 que están pendientes de ratificación. Entre los ya validados, los de la prevención del terrorismo, la violencia de género y los abusos sexuales a menores.

El Consejo, conocido como la conciencia de Europa, vigila el libre ejercicio de los derechos de libertad de expresión y reunión, alerta contra el aumento de los populismos y defiende las causas de colectivos como los discapacitados, refugiados, gays, lesbianas y transexuales o gitanos.

Siete años después de la adhesión, Oreja se convirtió en el primer y único secretario general del Consejo de Europa de nacionalidad española.

Cuatro han sido los presidentes que ha aportado el país a la Asamblea Parlamentaria: José María de Areilza (1981-1983) Miguel Ángel Martínez (1992-1996), Lluis María de Puig (2008-2009) y Pedro Agramunt (2016-2017).

La llamada “joya del Consejo de Europa” es el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que se rige por el Convenio del mismo nombre, en vigor en España desde 1979. La corte está compuesta por 47 jueces a título de cada país miembro.

Han sido jueces por España Eduardo García De Enterría (1978-1986), Juan Antonio Carrillo (1986-1989), José María Morenilla (1990-1998), Antonio Pastor (1998-2003), Javier Borrego (2003-2008) y Luis López Guerra (2008).

Los actos del cuadragésimo aniversario tendrán lugar este jueves en Madrid en el Congreso y el Senado, donde intervendrán el ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, y el secretario general del Consejo de Europa, Thorbjorn Jagland.