España asume que falta la parte más difícil del “brexit” pero espera un acuerdo

El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, mostró hoy su satisfacción por el acceso a la segunda fase de las negociaciones entre la UE y el Reino Unido para hacer efectivo el “brexit, y aunque asume que ahora llega la parte más difícil, confía en un acuerdo que mantenga una estrecha relación.

Los líderes europeos reunidos desde ayer en Bruselas dieron hoy el visto bueno a esa nueva fase de la negociación para la salida del Reino Unido de la UE y, en conferencia de prensa al término de la última cumbre comunitaria de este año, Rajoy destacó la trascendencia que tiene esta decisión.

Pero reconoció que queda por delante la parte más compleja, la que tiene que ver con la negociación del periodo transitorio y del marco de la relación futura.

Ante esa fase, garantizó que el diálogo se guiará por el objetivo claro de dar certidumbre y seguridad a los ciudadanos y a los agentes económicos.

“Somos conscientes de que el Reino Unido ha manifestado su voluntad de retirarse de la UE, pero no de Europa”, precisó el jefe del Gobierno español, quien se mostró esperanzado en fijar una “relación estrecha con ese socio imprescindible”.

Rajoy, quien puntualizó que no está cerrado ningún plazo de duración del periodo transitorio, fue preguntado por la situación de Gibraltar durante ese tiempo concreto y recordó el acuerdo existente para que cualquier pacto de futuro entre el Reino Unido y la UE que se aplique al Peñón debe contar con un entendimiento previo entre los gobiernos español y británico.

“Lo que hemos pedido es que eso se aplique también al periodo transitorio, no sólo a la relación futura”, explicó.

Confió también en tener la mejor relación posible entre España y el Reino Unido y destacó las que existen en la actualidad en ámbitos como el económico, comercial, de inversiones y turismo.

Rajoy agradeció los esfuerzos realizados por los equipos negociadores y confirmó que ayer los líderes europeos despidieron a la primera ministra británica, Theresa May, con un aplauso y que hoy han dedicado también ese reconocimiento al negociador jefe europeo, Michel Barnier.

Ante ese gesto, bromeó: “Como a los políticos no nos aplauden habitualmente mucho, por lo menos nos aplaudimos entre nosotros”.

Uno de los asuntos más polémicos de la cumbre fue el debate sobre las cuotas de refugiados, cuestión ante la que defendió la necesidad de que cualquier reforma se guíe por los principios del consenso y el equilibrio entre solidaridad y responsabilidad.

“La reforma debe tener en cuenta la responsabilidad y los esfuerzos que asumimos aquellos estados miembros que constituimos la frontera exterior de la UE”, añadió.

Además, en materia de inmigración, reiteró la apuesta española por seguir cooperando con los países origen y tránsito y pidió que la financiación sea “previsible, sostenida y suficiente”.

También hoy los líderes de la UE celebraron una cumbre del euro a 27 tras la que el presidente del Gobierno español se mostró optimista para que a lo largo de 2018 pueda lograrse un entendimiento que permita completar la unión bancaria.

“Esta es una de las prioridades para España y por eso he defendido progresos concretos”, dijo Rajoy, quien consideró que una vez que han entrado en funcionamiento los mecanismos europeos de supervisión y resolución de bancos, es el tiempo de impulsar los trabajos para crear un sistema europeo de garantía de depósitos.

Para más adelante ve también posible un acuerdo sobre la unión fiscal.

“Tiene que haber un presupuesto europeo, una autoridad europea, tiene que haber eurobonos, y lógicamente comprendo que para llegar a esa fase de la unión es necesario que todos los países cumplan sus deberes”, explicó.

También se mostró satisfecho por la nueva cooperación estratégica en materia de Defensa (PESCO), por los avances en derechos sociales y por la ratificación de los compromisos en la lucha contra el cambio climático.

Rajoy aprovechó para reiterar su agradecimiento a las instituciones europeas por haber hecho efectiva ayer la donación del montante económico del Premio Princesa de Asturias de la Concordia concedido a la UE (50.000 euros) a las víctimas de los incendios forestales del presente año en España y Portugal.