España, dispuesta a entrar en el “núcleo duro” de la Europa de la Defensa

El ministro español de Exteriores y Cooperación, Alfonso Dastis, afirmó hoy que España está dispuesta a entrar en un “núcleo duro de países” que estén en el centro de la nueva estrategia con la que la Unión Europea (UE) quiere potenciar su política de defensa.

“España siempre ha estado dispuesta y deseosa de ir tan lejos como sea posible en construir la Europa de la defensa. De manera que yo creo que sí”, señaló Dastis a la prensa al término de una cena informal de ministros comunitarios convocada por la jefa de la diplomacia de la UE, Federica Mogherini, para abordar los resultados de las elecciones presidenciales estadounidenses.

El titular de Exteriores italiano, Paolo Gentiloni, expresó por su parte a su salida de la reunión su propuesta de un “Schengen de la defensa”, un “núcleo duro de Estados” en el centro de la nueva estrategia de defensa comunitaria, que los líderes de los Veintiocho quieren impulsar en su cumbre de diciembre.

Según dijo Dastis, este refuerzo podría hacerse a través de la cooperación estructurada permanente (PESCO), contemplada en el artículo 42 del Tratado de Lisboa, que permite a los Estados miembros desarrollar “más intensamente” sus capacidades de defensa mediante contribuciones nacionales o la participación en fuerzas multinacionales.

“Hay diferentes opciones, pero una de ellas es ésta”, confirmó.

La Unión Europea se encuentra en plena revisión de su política de defensa, que espera basar en más cooperación y el impulso de la industria del sector con, incluso, creación de un fondo europeo para la defensa.

El asunto lo abordarán el martes los ministros de Defensa de la UE reunidos en un Consejo en Bruselas.

En un momento en que la salida del Reino Unido, muy crítico históricamente al refuerzo de la defensa comunitaria, hace pensar en que ese proyecto podría avanzar con más soltura, varios Estados miembros han manifestado que mantienen también reticencias.

La problemática puede venir de los países que prefieran mantener una “dependencia” de Washington y de la OTAN, por ejemplo aquellos que no cuentan con un ejército propio, o aquellos que históricamente se han considerado “neutrales” y no se quieren comprometer en temas de desarrollo defensivo, como Irlanda, Suecia o Austria, según fuentes diplomáticas.