Expulsada del pleno una diputada de AGE en una tensa sesión de control

La diputada de Alternativa Galega de Esquerda (AGE) Consuelo Martínez ha sido expulsada hoy del pleno del Parlamento, tras haber sido llamada al orden en tres ocasiones por haber protestado a viva voz en una tensa sesión de control de la Cámara gallega.

El incidente ocurrió al final de las preguntas al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que nuevamente se centraron en la relación de éste con el narcotraficante Marcial Dorado.

Durante toda la sesión se produjeron numerosas intervenciones a viva voz de la oposición y también fue llamado al orden en dos ocasiones el líder de AGE, Xosé Manuel Beiras, que pidió en varias ocasiones desde su escaño al presidente que ofreciese explicaciones.

La última llamada al orden a Consuelo Martínez por parte de la presidenta de la Cámara, Pilar Rojo, se produjo al terminar la intervención del jefe del Ejecutivo autonómico.

Éste acusó a la oposición de “seguir hurgando” en su relación con el narcotraficante pero indicó que “no es posible encontrar lo que no hay”, ante lo que dijo a AGE que, “como sigan así sólo les queda una cosa: ir en coalición con el señor Dorado a las próximas elecciones”.

Al finalizar la sesión de control, Beiras mostró su disconformidad con la expulsión de su compañera y con la manera de ordenar el pleno de la Presidencia porque, en su opinión, existen varias varas de medir.

Beiras, además, calificó de “ultraje” que el presidente de la Xunta hubiese recomendado a su grupo acudir a las elecciones con Dorado y se preguntó por qué no se llama también al orden al jefe del Ejecutivo, que sistemáticamente, apuntó, se limita a formular preguntas a la oposición, en lugar de contestar a las que ésta le hace.

En otro momento de la sesión, la presidenta del Parlamento pidió a Beiras que, si quería protagonismo, asumiese él la presentación de la iniciativa, a lo que el diputado le respondió que lo que quería era dignidad.

Durante la tensa sesión de control también se llegó a escuchar gritos como “¿Y el mona ese, qué?” por parte de un diputado de AGE sobre otro del PP que estaba gesticulando.