Familia de la desaparecida en México espera a que España certifique la muerte

La familia de Pilar Garrido, que desapareció el pasado 2 de julio en el noroeste de México y cuya muerte confirmaron ayer las autoridades mexicanas, permanece “a la espera de que los organismos españoles certifiquen” que los restos hallados corresponden a ella.

Así lo ha trasladado a la prensa el alcalde de Massalavés (localidad natal de Garrido), Gregorio Andreu, tras el pleno extraordinario celebrado hoy en el Ayuntamiento de la población con motivo de este “triste suceso” y para mostrar su “solidaridad y ofrecer todo el apoyo” a la familia de la mujer, de 34 años.

Andreu ha declarado que la Corporación municipal “tomará las decisiones oportunas” y acordará las manifestaciones de “duelo” que considere “en el momento en que se confirme por parte de España” que Pilar Garrido está muerta.

“La familia está a la espera de que todos los organismos oficiales españoles certifiquen los hechos. Hay una confirmación por parte de las autoridades mexicanas, pero se espera a que lo haga España”, ha señalado el alcalde, tras lamentar lo sucedido.

La propia hermana de Pilar Garrido, Raquel, ofreció ayer una rueda de prensa en este mismo Ayuntamiento, y aseguró que dirá que los restos son de ella “cuando los vea” y hasta entonces no va a “derrumbarse”.

En la comparecencia ante los medios, exigió a la Policía mexicana unas radiografías dentales “para saber con certeza, al cien por cien”, si es su hermana y poder “enterrarla y llorarla”.

Según explicó, desde México han ratificado que el ADN es el de su hermana Pilar “pero lo han hecho verbalmente, no hay informe de momento, tardarán días en darlo”, y concretó que los huesos hallados se quedarán unos días más en aquel país porque tienen que hacer más investigaciones.

Afirmó que lleva 15 días exigiendo al Gobierno y la Policía mexicana una placa de los molares del cadáver encontrado porque con esas radiografías “en 24 horas sabríamos si es Pilar”, y aunque no desconfía de México, desea “un segundo análisis” en España para quedarse “tranquila”.

La desaparición de Garrido, que llevaba tres años viviendo en México, tuvo lugar en la carretera Soto La Marina con dirección a Ciudad Victoria, la capital de Tamaulipas, considerado uno de los estados más violentos del país.

Según el testimonio de su marido, Jorge González Fernández, fueron interceptados cuando volvían de pasar unos días en la playa junto con su hijo de un año, por dos hombres armados que se llevaron a Pilar.