La Fiscalía del Estado defiende que no había motivos para detener a Elizarán

La Fiscalía General del Estado rechaza las acusaciones vertidas por Dignidad y Justicia (DyJ) contra el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, por no haber detenido al miembro de ETA Aitor Elizarán tras su expulsión de Francia.

Según la Fiscalía, cuando el pasado día 4 de diciembre el etarra aterrizó en España, no había ninguna orden de prisión cautelar ni motivos para solicitarla, de modo que Zaragoza no actuó mal.

El miembro de ETA fue expulsado de Francia estando procesado en el sumario 3/2015 de la Audiencia Nacional, pero “ni al tiempo del procesamiento ni con posterioridad se había acordado ninguna medida cautelar contra él”, dice la Fiscalía del Estado en una nota en la que señala que, “de haber sido localizado”, no había indicios para pedir su ingreso en prisión provisional por parte de la fiscalía.

De este modo la Fiscalía rechaza las acusaciones vertidas contra Zaragoza desde una información publicada hoy por el diario ABC, que apunta que Dignidad y Justicia ha solicitado “el cese o dimisión” del fiscal jefe de la Audiencia Nacional.

La información del citado diario señala que Zaragoza no adoptó “ninguna medida para la detención del jefe de ETA Aitor Elizarán cuando aterrizó el viernes en Barajas, pese a que la jueza francesa de enlace le había informado de su llegada un día antes, a través de un correo electrónico”.

La fiscalía señala en la nota que, por el contrario, no había “elementos indiciarios en la causa” que hubieran podido permitir al fiscal solicitar una orden de prisión preventiva contra él.

La nota finaliza con una defensa cerrada de “la impecable trayectoria profesional a lo largo de diez años de rigor y eficacia al frente de la Fiscalía de la Audiencia Nacional”.

El juez de la Audiencia Nacional José de la Mata, que se encontraba de guardia la semana pasada, dictó el sábado una orden de detención y busca y captura para el exdirigente etarra Aitor Elizarán tras conocer que había sido expulsado de Francia y puesto en libertad. Desde entonces el etarra sigue en paradero desconocido.