Flórez y Orfila mezclan la complejidad y “pimienta” en “La dama del lago”

Londres, 16 may.- El tenor peruano Juan Diego Flórez y el bajo-barítono español Simón Orfila añaden “pimienta” a la compleja ópera de Rossini “La dama del lago”, que se estrena mañana en la Royal Opera House de Londres con las entradas agotadas.

El libreto de esta obra en dos actos llega a la capital británica tras ser aplaudida en Milán y París por su nuevo montaje, que da una vuelta de tuerca a la densidad orquestal y la dificultad técnica de las creaciones del italiano Gioacchino Rossini, según dijeron a Efe ambos cantantes antes de su estreno.

“La puesta en escena es diferente y eso le da una lectura a la ópera distinta a la que ha tenido en otras ocasiones”, explicó Flórez, que a sus 40 años es uno de los referentes mundiales de la ópera y fue definido por Plácido Domingo como el mejor tenor ligero del mundo.

Su meteórica carrera le ha llevado a actuar con papeles protagonistas en escenarios de todo el mundo y acumula experiencias en el Metropolitan de Nueva York, Viena, la Scala de Milán, París, Madrid y de nuevo Londres.

A pesar de interpretar todo tipo de personajes, reconoce que las características de su voz se adecúan especialmente bien cuando se trata de Rossini, considerado el maestro del “bel canto”.

“Es una obra difícil de leer, hay que estar a un nivel muy alto porque es muy virtuoso”, detalló el tenor, que ha interpretado varias veces a los personajes del italiano.

Con su análisis coincide Simón Orfila, que a sus 37 años debuta en la Royal Opera House.

“Rossini tiene un tono dramático que impresiona mucho, tanto sus bufas (óperas cómicas) como las dramáticas. La generación de cantantes actuales coincidimos mucho, sobre todo con Juan Diego López, que es el rey del bel canto. Muy pocos cantantes lo pueden hacer, su voz es única y repetible”, elogió el español.

“La dama del lago” (“La donna del lago” en el original), la más romántica de las óperas del escritor italiano, cuenta una historia de malentendidos, disfraces y amores ambientada en la turbulenta Escocia del siglo XVI.

Elena, hija de Douglas (Orfila), escapa con su padre tras ser acusado éste de traición contra el rey de los escoceses y ambos se instalan junto a un lago en el que la joven es descubierta por el heredero al trono (Flórez), que se enamora de ella bajo una falsa identidad.

Los problemas comienzan cuando Elena es prometida a Rodrigo, el jefe de los rebeldes que luchan contra la familia real.

El montaje lo firma John Fulljames, director asociado de la Ópera de Convent Garden, que ha decidido añadir dramatismo a la historia con escenas dinámicas e intensidad a las batallas, que se nutren con la aportación personal de los cantantes.

“Uno le da a lo que interpreta más sal o pimienta dependiendo del carácter de cada uno. Habrá momentos muy intensos”, promete Flórez.

Orfila destaca de su personaje un aria “con mucha densidad orquestal” que se añade a las ya complejas coloraturas de Rossini, otro argumento para explicar el “más difícil todavía” de esta ópera, que raramente se escenifica.

Tras terminar las representaciones en Londres, donde la obra estará hasta el 11 de junio, ambos cantantes enfrentan proyectos de envergadura: Flórez se halla inmerso en una nueva producción que le devolverá al Metropolitan en 2016 y Orfila debutará el año próximo en Hamburgo con un papel protagonista.

Estos papeles se le resisten por su tipo de voz, más habitual para personajes secundarios que recuerda con especial cariño, como el torero Escamillo, de la ópera “Carmen”, aunque también ha sido Don Giovanni en la obra homónima de Mozart.

“A veces soy protagonista y a veces secundario, eso no importa. Poder participar en una obra como ésta ya es mucho”, valora el bajo barítono a Efe.