Gendarmería empieza a operar con el reto de brindar seguridad a los mexicanos

La Gendarmería mexicana, una división policial prometida por el presidente Enrique Peña Nieto en campaña electoral, inicia hoy sus operaciones con el reto brindar seguridad a los ciudadanos bajo un nuevo modelo.

La corporación está formada por 5.000 elementos civiles que nunca antes habían participado en instituciones de seguridad pública y que recibieron formación policial y militar con el fin de asegurar el control territorial del Estado en las zonas con mayor debilidad institucional.

Con la séptima división de la Policía Federal (PF), “moderna, profesional y altamente especializada”, se pone en marcha un “innovador modelo de seguridad ciudadana y de operación policial”, afirmó Peña Nieto al dar el pistoletazo de salida del cuerpo.

“La Gendarmería contribuirá a proteger a los mexicanos, sus bienes y sus fuentes de trabajo” cuando sean amenazados por la delincuencia y a desarticular a los grupos criminales que minan la actividad productiva a través de delitos como el robo, la extorsión y el secuestro, apuntó.

Entre sus tareas, añadió, están fortalecer las capacidades de las instituciones de seguridad pública locales y salvaguardar los ciclos productivos en las ciudades y estados que lo requieran.

Además de su formación especializada, entre sus principales atributos está el mayor uso de tecnologías y sistemas de inteligencia para prevenir el delito, así como su capacidad para vincularse eficazmente con la ciudadanía que requiera su apoyo.

Una Gendarmería “cercana a la gente, sensible, solidaria y absolutamente respetuosa de los derechos humanos”, que también será itinerante, pues tiene una capacidad de despliegue ágil y oportuna en “cualquier parte donde se requerida” y por el tiempo que sea necesario, dijo Peña Nieto.

En el evento celebrado en el centro de mando de la PF, el titular de la Comisión Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, explicó que el despliegue de los gendarmes se decidirá en base a “criterios criminológicos”, primero, y después a socio-económicos.

La división cuenta, además, con grupos que podrán realizar operaciones especiales y de reacción inmediata, señaló Peña Nieto ante los 5.000 elementos del nuevo cuerpo que juraron hoy cumplir con su misión.

Los gendarmes, de los cuales cuatro de cada cinco son menores de 30 años, fueron seleccionados entre más de 130.000 aspirantes que pasaron por un “riguroso” proceso de reclutamiento y formación, en el que contribuyeron países como Colombia, Chile, España y Estados Unidos.

El desempeño del cuerpo será evaluado constantemente con base a resultados concretos, como la disminución de delitos y la libre movilidad de personas y productos, dijo el mandatario, quien estuvo acompañado por su gabinete de seguridad, legisladores y miembros de la sociedad civil.

La Gendarmería, que supondrá el incremento del 18 % ciento de los miembros de las fuerzas de seguridad federales, crecerá año con año en la medida de sus resultados y las necesidades del país.

De momento, en esta primera etapa, su primer reto será construir “una relación de respeto y confianza con las comunidades donde sea asignada”, en un país con escaso nivel de credibilidad en las instituciones de seguridad, destacó Peña Nieto.

Al finales de 2006, el entonces presidente Felipe Calderón lanzó un combate frontal al crimen organizado con la participación de las Fuerzas Armadas al considerar que los cuerpos policiales municipales estaban desbordados, insuficientemente preparados o infiltrados por el narcotráfico.

Los niveles de violencia se dispararon por los enfrentamientos entre los cárteles de las drogas y de estos con las fuerzas de seguridad, los cuales causaron unas 70.000 muertes, según cifras oficiales.

Peña Nieto, quien prometió en campaña electoral un retiro gradual de los militares de las tareas de seguridad pública que aún no se produce, aseguró hoy que su nueva estrategia de seguridad ha permitido reducir los homicidios dolosos, los secuestros y las extorsiones de manera “sensible”.

La “violencia en México sigue disminuyendo”, afirmó convencido de que los resultados son alentadores, pero aún insuficientes para vivir en clima de paz y tranquilidad.

El relator de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, Christof Heyns, advirtió apenas en junio pasado que el derecho a la vida “está gravemente amenazado en México”, un país que registra un nivel “altísimo” de homicidios y una impunidad “sistémica y endémica”.