El Gobierno de Mali prorroga el estado de emergencia durante ocho meses

El Gobierno de Mali prorrogó anoche durante ocho meses (hasta el 29 de marzo de 2017) el estado de emergencia, que suspende varias garantías constitucionales, en respuesta a los repetidos actos de violencia que se suceden en el país.

El estado de emergencia ha estado vigente, con algunas intermitencias, desde el pasado 15 de abril, y se inscribe “en el marco del refuerzo de las acciones contra el terrorismo, el crimen organizado y todas las amenazas o atentados a la paz y la seguridad” en el país, según un comunicado del Consejo de Ministros.

Los atentados terroristas y ataques delictivos son incesantes en el norte del país, donde el estado no consigue afianzar su autoridad tras la guerra de 2012, que desalojó de la zona a una heterogénea coalición de independentistas y yihadistas.

Pese a haber sido vencidos, esos grupos, escondidos en los parajes más accidentados del norte maliense y con complicidad (a veces) de la población han continuado muy activos, atacando a las Fuerzas Armadas o a la misión de paz de la ONU, además de los civiles.

Ayer mismo se produjo el enésimo ataque contra un convoy de las Fuerzas Armadas en una carretera entre Gao y Gossi, que se saldó con la muerte de dos soldados y heridas a otros cinco, en un ataque aún no reivindicado pero que aparenta ser similar a otros perpetrados por grupos yihadistas.

Por otro lado, el Consejo de Ministros de ayer también aprobó un nuevo estatuto general para las Fuerzas Armadas, que define sus obligaciones, sueldos, modos de formación, vías de ascenso y cobertura para ellos y sus familiares.

Según los observadores, el gobierno pretende así introducir cierta calma en el estamento militar, disgustado por la relativa desprotección que siente en el norte del país, y para frenar así toda voluntad golpista dentro de una institución que ha protagonizado varias asonadas en la corta historia del país.