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Haidar: “tuve que contarle a mis hijos que Raif es un preso de conciencia”

Haidar: "tuve que contarle a mis hijos que Raif es un preso de conciencia"

EFE

Estrasburgo (Francia) —

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Ensaf Haidar, la mujer del bloguero saudí Raif Badawi, tuvo que ocultar a sus tres hijos que su padre era un preso de conciencia, hasta que no tuvo otro remedio que contarles la verdad porque su ausencia era demasiado prolongada.

Haidar, que mañana recogerá el Premio Sájarov por la libertad de conciencia que el Parlamento Europeo le ha concedido a su marido, cuenta en una entrevista con Efe cómo está su esposo, sus esperanzas, detalles de su vida cotidiana y cómo evoluciona la sociedad saudí con la llegada de la mujer a las concejalías.

“Al principio le ocultaba a mis hijos la verdad sobre su padre. Cuando fue detenido la más pequeña tenía tres años. Cada vez que mis hijos me preguntaban por su padre yo les contestaba: está en el trabajo”, dice Haidar.

“He intentado ocultarles la verdad, pero llegó un momento en que preguntaban qué clase de trabajo tenía. Así que al final se lo tuve que decir, aunque simplificando la situación y hablándoles a su nivel”, comenta.

“Ahora están muy orgullosos de su padre, le echan en falta, le necesitan”, explica.

Nacido en 1984, el bloguero saudí Raif Badawi, ganador del Premio Sájarov 2015, fue condenado en 2012 a diez años de cárcel, al pago de un millón de riales saudíes (unos 242.000 euros) y a mil latigazos (veinte tandas de 50) por difamar al islam.

Preso en la cárcel de Briman, en Yeda, Badawi recibió en enero pasado, frente a una mezquita, los primeros 50 latigazos en público.

Las autoridades postergaron el resto por sus condiciones de salud, bajo las presiones internacionales y de grupos de derechos humanos, pero en junio pasado el Tribunal Supremo confirmó la sentencia.

Haidar cuenta que “el martes pasado Raif comenzó una huelga de hambre. Su estado de salud es malo y su moral es muy baja. En estos momentos no tengo ningún nuevo contacto así que no tengo noticias más recientes de él”, dice Ensaf Haidar, quien recuerda, que “Raif no tiene abogados y que las visitas están prohibidas”.

La mujer de Badawi advierte que no habla con nadie en Arabia Saudí, “ya sea opositor o cualquier otro”, que su marido no tiene abogados y que el único contacto que ha mantenido hasta ahora con él es “una llamada desde la prisión una o dos veces por semana, llamadas telefónicas muy cortas que no superan los diez minutos cada vez”.

Haidar habla de su marido y de la campaña internacional por su libertad, pero es muy cauta al referirse a Arabia Saudí, hasta el punto de que la única pregunta que se negó a contestar -“perdóneme pero sobre esto no voy a hacer ningún comentario”- versaba sobre el papel de ese país en los conflictos regionales, como en Siria.

Sí habló de las elecciones municipales celebradas el pasado sábado, con al menos dieciséis mujeres que han logrado entrar en política con un puesto en los consejos municipales, las primeras en las que pudieron participar como candidatas y votantes.

“La mujer saudí tiene el derecho de vivir como todas las mujeres del mundo, es su derecho natural. Ellas persiguen su derecho”, dijo Haidar, quien mostró su esperanza de que esto sea un paso “para conseguir en el futuro más prosperidad y más libertad”.

“Pero yo no puedo opinar sobre si la sociedad saudí es conservadora o no. Es demasiado grande como para dar una opinión uniforme sobre ella. Lo que sí espero es que tiene que ir sin miedo hacia el siglo XXI, una sociedad de igualdad entre el hombre y la mujer, porque la mujer es responsable de sí misma y deberá tener todos los derechos de una ciudadana legítima”.

Haidar espera que este Premio Sájarov “tenga un impacto positivo para la rápida liberación de Raif”.

“Les agradezco a los que se han manifestado regularmente frente a las embajadas saudíes, que han combatido a mi lado por la liberación de Raif. Espero que me continúen ayudando, que me proporcionen un poco más de fuerza por su liberación”.

“Espero que el Gobierno saudí haga un esfuerzo y espero que Raif esté entre nosotros pronto”, dice esperanzada.

Mientras tanto, Ensaf Haidar señala que continuará “intentando vivir una vida normal” en Canadá, en donde se exilió en 2013, “llevando a mis hijos todos los días a la escuela, como cualquier otra mujer canadiense”.

“Pero espero día a día a Raif. Hace ya cuatro años que nos han separado”, añade.

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