Intentan raptar a una menor para integrarla en una red que robaba a ancianos

Cuatro personas han ingresado en prisión por su presunta relación con una red que trató de raptar en Alicante a una joven de 16 años, de nacionalidad rumana, para integrarla en un grupo especializado en robar a ancianos.

Según la Policía Nacional, los ingresados en prisión provisional y otras 9 personas también arrestadas (éstas últimas dejadas en libertad posteriormente) tienen entre 18 y 40 años, son de la misma nacionalidad que la víctima y residían en Alicante.

La menor era vecina y compatriota de los detenidos quienes, siguiendo una tradición de este tipo de clanes familiares, planeaban secuestrarla y obligarla a contraer matrimonio con uno de los miembros del grupo para integrarla en la sociedad delictiva.

Para cometer los asaltos, los arrestados se aproximaban a sus víctimas con algún tipo de excusa u ofrecimiento de favor sexual y las abrazaban, besaban y tocaban para sustraerles los objetos de valor que portaban mientras que cuando no lograban su objetivo por este método, recurrían a la violencia.

Hasta el momento se han esclarecido 28 sustracciones cometidas sobre personas de edad por este sistema.

La primera fase de la operación se llevó a cabo el pasado 7 de marzo cuando los agentes tuvieron conocimiento de que se tramaba el secuestro y un dispositivo en torno a la joven permitió frustrar el rapto y detener a seis personas.

Un mes y medio después, cuando la Policía tenía ya localizados al resto de miembros del grupo, se diseñó un segundo operativo en el que se llevó a cabo la detención de otros siete integrantes.

Además, se realizaron dos registros domiciliarios en los que se intervinieron 1.410 euros, 2.510 francos suizos, 20 libras inglesas, así como una gran cantidad de efectos procedentes de los robos.

Este grupo operaba en diferentes provincias, como Valencia, Murcia, Almería y Málaga, además de Alicante, donde escogían entre sus víctimas a hombres de avanzada edad ataviados con colgantes, pulseras, relojes o cualquier pieza de joyería.

Los detenidos se aproximaban con algún tipo de excusa u ofrecimiento de favor sexual y abrazaban, besaban y tocaban a sus víctimas con el fin de distraerles y sustraerles los objetos de valor que portaban consigo, utilizando cortaúñas para romper las cadenas o pulseras.

Si no lograban hurtar los objetos sin que las víctimas se percataran, no dudaban en usar la violencia bien sujetándoles las manos, propinándoles golpes o utilizando el “método del tirón”, para luego darse inmediatamente a la fuga.

Cada poco tiempo, los detenidos cambiaban los vehículos con los que cometían los robos y, además, trataban de variar su aspecto físico para dificultar la investigación policial.