Israel despide con un funeral de estado a Isaac Navón, su quinto presidente

Israel despidió hoy con todos los honores en un funeral de estado al que fuera su quinto presidente, y el primero sefardí, Isaac Navón, fallecido el viernes a los 94 años en su domicilio de Jerusalén.

Los restos mortales de Navón descansaron por la mañana en la Residencia del Presidente de Israel, donde el actual jefe del Estado, Reuven Rivlin, depositó una ofrenda floral sobre su ataúd y lo elogió por “ser un hombre del pueblo por encima del resto”.

Posteriormente fue trasladado en procesión funeraria hasta el cementerio del Monte Herlz, de Jerusalén, donde fue sepultado según la tradición judía en la parcela de los Grandes de la Nación.

En la ceremonia participaron, además de Rivlin, el expresidente israelí Simón Peres y el primer ministro, Benjamín Netanyahu.

Navon fue una “gema que decoró nuestra capital Jerusalén”, dijo el jefe del Ejecutivo.

En el sepelio participaron cientos de ciudadanos anónimos que quisieron sumarse a la despedida de quien fuera quinto presidente de Israel entre 1978 y 1983.

Además de dirigente del país, Navón fue un renombrado dramaturgo, escritor e historiador de la cultura sefardí, como destacó Rivlin tras conocerse su fallecimiento y recordó la contribución del político a la creación del Estado de Israel al lado de su fundador, David Ben Gurión.

Nacido en Jerusalén en 1921, Navón era la imagen viva de una cultura, la sefardí, que él ayudó a regenerar en las últimas décadas a través de una prolífica obra -escrita y televisiva-.

Netanyahu destacó por la mañana durante la reunión semanal de su Consejo de Ministros las raíces de Navón como descendiente de judíos sefardíes (expulsados de la península Ibérica en 1492), que “dedicó su vida a la acción pública en nombre de la nación de Israel y el Estado de Israel”.

Peres denominó a Navón “presidente del pueblo, no solo del país” y señaló que “la gente le quería porque permaneció determinado en su camino... como ministro de Educación, le alegraba erradicar el analfabetismo y diseminar la palabra de la Torá a aquellos que lo quisieran”.