Jerusalén vuelve a la normalidad tras histórico operativo de seguridad

Jerusalén volvió a la normalidad a primera hora de la tarde, tras albergar hoy el mayor dispositivo de seguridad de su historia con motivo del entierro del expresidente israelí Simón Peres, en el que participaron 90 delegaciones de distintos países, una treintena de ellas de primer orden.

La ciudad amaneció con su principal acceso herméticamente sellado (la carretera 1, que comunica Jerusalén con Tel Aviv), y con el tráfico rodado prohibido en las calles adyacentes al Monte Herzl, donde se encuentra el cementerio en el que fue enterrado el exdignatario israelí a media mañana.

También se bloquearon desde las 07.00, hora local (04.00 GMT), las principales vías del centro de la ciudad, donde se encuentran los hoteles en que se hospedaban las delegaciones extranjeras.

Asistieron a las exequias un total de 24 jefes de estado -entre ellos el rey Felipe VI de España y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama- y una decena de presidentes de gobierno, así como docenas de ministros y legisladores.

“La operación para garantizar la seguridad en la capital durante el funeral ha transcurrido sin que se registren incidentes”, dijo a Efe el portavoz policial, Micky Rosenfeld, que añadió que, además de la dotación habitual, ocho mil agentes adicionales participaron en el dispositivo tan solo en la ciudad.

“El énfasis policial se centró en asegurar la coordinación y mantener la situación de seguridad para permitir que las delegaciones entrasen en las áreas donde tenían lugar los eventos”, explicó el portavoz, vigiladas en todo momento desde el aire por un helicóptero y un globo aerostático dotado de potentes cámaras.

En el terreno, se llevaba a cabo una severa revisión e identificación de todo aquel que entraba al recinto del funeral, y una patrulla de perros de la Policía olfateaba entre las sillas.

Sobre las 06.00 (03.00 GMT) en casi cada esquina del centro de Jerusalén, alrededor de los ejes de las calles King George y King David, se podían ver grupos de policías y de la Policía de Fronteras, además de a decenas de patrullas circulando en coches tanto oficiales como camuflados.

A estos se sumaban los escoltas, agentes del servicio secreto, Shin Bet, y los equipos de emergencia de Magen David Adom (Estrella de David Roja, equivalente a la Cruz Roja).

Cinco individuos fueron detenidos en las últimas 48 horas de forma preventiva, por temor a que tratasen de interrumpir los eventos.

“Unas pocas personas fueron arrestadas antes de la ceremonia, entre ayer y hoy, pero fue un asunto menor. Fueron interrogados, advertidos y liberados”, señaló el portavoz policial.

Entre los detenidos hay tanto judíos como árabes.

El comisario jefe de la Policía, Roni Alsheij dijo que los arrestos tuvieron por objeto evitar actos de terrorismo o disturbios que pudieran poner en peligro la ceremonia del funeral.

El ministro israelí de Seguridad Interior, Guilad Erdán, declaró hoy que el funeral ha sido uno de los eventos más significativos -si no el más importante- en la historia del país; mayor incluso que el entierro del primer ministro Isaac Rabin, asesinado en 1995.

El Shin Bet informó ayer en un comunicado de que su dispositivo de seguridad en torno a las exequias, denominado “Ahora es mañana” (Kaet Majar, en hebreo), es el mayor de la historia del país.

“Es una operación sin precedentes, la unidad (de escoltas) es responsable de proteger a más de sesenta personalidades (..), incluidos 20 presidentes, 15 ministros de Exteriores, cinco jefes de Estado y otras personalidades que vienen de distintos países”, indicó el Shin Bet.

Cientos de sus agentes participaron en la operación de dos días, tanto de forma abierta como encubierta.

El director general de Magen David Adom, Eli Bin, señaló por su parte que este servicio de emergencias facilitó la cobertura médica, y añadió que el evento “se desarrolló de forma segura y ningún invitado requirió tratamiento médico serio o evacuación”.