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Joan Fontcuberta apela a la conciencia para luchar contra la censura

Joan Fontcuberta apela a la conciencia para luchar contra la censura

EFE

Barcelona —

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El fotógrafo Joan Fontcuberta apela a la conciencia ciudadana para luchar contra la censura, tema central de su proyecto “Deletrix”, que desde hoy exhibe en el Centre d'Arts Santa Mònica (CASM) de Barcelona y recoge parte de su trabajo en bibliotecas y archivos con ejemplos concretos censurados.

Con motivo del 90 aniversario del PEN Club Catalán, el tercero más antiguo del mundo, y de la celebración del Día Internacional del Escritor Perseguido, el CASM acoge desde hoy y hasta el 8 de diciembre “Deletrix”, que es una exposición, pero también un libro con una serie de fotografías de textos censurados.

Las primeras imágenes las obtuvo hace seis años “por azar” en una visita a la biblioteca histórica de la Universidad de Salamanca, donde le dieron permiso para fotografiar los libros censurados.

Joan Fontcuberta ha comentado hoy en la presentación que la temática que trata “Deletrix”, la censura, es “dolorosa”, y, aunque habla de formas toscas de censura, “la actualidad nos remite a formas invisibles de censura, porque la sociedad digital ha perfeccionado las formas para dificultar el acceso a la información”.

Al respecto, ha concretado que, cuando se dieron a conocer los maltratos de los soldados norteamericanos a los presos de Abu Ghraib, en Iraq, “si se tecleaban las palabras 'Abu Ghraib' en Google no salía ninguna entrada, mientras que en otros buscadores salían todas las noticias”.

“Este es un trabajo metafórico, en el que hablamos de Erasmo de Rotterdam y de la Inquisición, pero pretendemos denunciar a los nuevos inquisidores”, ha dicho.

“Tras esos inquisidores, hay posiciones autoritarias y mesiánicas ejercidas desde un poder que no tiene en cuenta los derechos cívicos y que, como se ha demostrado en los casos de Wikileaks o el agente Snowden, justifican la censura en nombre de la seguridad”, ha advertido.

Para Fontcuberta, conviene hacer “exámenes de conciencia para que todos seamos más críticos respecto a aquellas amenazas o elementos que hacen que no nos expresemos con total libertad”.

En la exposición se pueden contemplar imágenes, vídeos y proyecciones, que componen “un alegato en favor de la libertad de expresión”, pero sólo se muestra una síntesis de “Deletrix”, porque este es “un proyecto para toda la vida”.

De momento, se muestra una selección de documentos hallados en bibliotecas y archivos de España y Canadá, “los dos lugares en los que me muevo más por razones familiares”.

Pero su idea es seguir investigando en bibliotecas y archivos de todos el mundo para fotografiar casos flagrantes de censura, de manera que “los actuales dos centenares de documentos que hablan de este infundio, de esta violencia ejercida contra el texto, se convierta en unos años en miles”.

La primera serie está dedicada a Erasmo de Rotterdam, tomada en Salamanca, cuyos libros fueron censurados -toscamente tachados con tinta- por la Inquisición e incluidos en el Índice de Obras Prohibidos por el Concilio de Trento.

Su imagen fotográfica acerca al espectador a algunos “collages” de las vanguardias o a pinturas de Antoni Tàpies.

Fontcuberta ha fotografiado también libros musicales censurados en los que se ha tachado la letra de una pieza de Jean Baptiste Lully, hoy depositado en la Biblioteca y Archivos Nacionales de Quebec; o tratados de anatomía humana en los que se ha emborronado la parte del sexo.

Preguntado por la capacidad que tiene la imagen gráfica de alejar al espectador de lo que quiere denunciar, en este caso la censura, Fontucberta reconoce que “los creadores de imágenes siempre luchamos contra el poder de suavizar la realidad”.

“De este modo, una imagen de Auschwitz endulza y eclipsa el horror del lugar -prosigue-, o las fotografías casi científicas de Francesc Torres de los restos del 11-S de Nueva York los convierten casi en esculturas y olvidan que detrás hay una masacre”.

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