Josep Pons vuelve con la ONE para dirigir “La Atlántida” de Falla

Josep Pons vuelve a Madrid este fin de semana para dirigir a la que fue su orquesta durante casi diez años, la Nacional de España, y lo hace para enfrentarse a un “miura” musical como es “La Atlántida” de Manuel de Falla, una obra que asegura amar “mucho”.

“Debo ser de los pocos” que sienten tal devoción por esta obra de “don Manuel”, comenta en una conversación con Efe quien desde 2012 lidia con otro “miura” artístico, la dirección musical del barcelonés Teatro del Liceo, en un momento de crisis aguda de la institución.

Pons ocupará el podio de la Nacional mañana viernes, el sábado y el domingo por la mañana en tres conciertos de temporada que, como siempre, tendrán como escenario el Auditorio Nacional de Música.

No es la primera vez que Pons dirige “La Atlántida” junto a la ONE. “La hicimos -recuerda- en 2005. Con otras orquestas también la he dirigido, pero no se programa mucho porque necesita para su ejecución de un gran elenco”.

Para esta ocasión, junto a la Orquesta y Coro Nacionales estarán el de RTVE y las voces de la Escolanía del Sagrado Corazón de Rosales, además de un elenco de solistas en el que figuran María Espada (soprano), Lidia Vinyes (mezzosoprano), Francisco Vas (tenor), Mikeldi Atxalandabaso (tenor), y los barítonos José Antonio López y Joan Martín Royo.

“La Atlántida”, una cantata escénica basada en un poema de Jacinto Verdaguer, una obra que “comienza épica y concluye mística”, según Pons, ayuda, en su opinión, “a descubrir aspectos desconocidos de Manuel de Falla”.

Aspectos que nada tienen que ver con ese “cliché” que va muchas veces unido al nombre de Falla y es el de “maestro del folclore”. Y “La Atlántida”, asegura Pons, “no encaja en ese cliché”. Lo que explicaría, en su opinión, que la obra no goce de la simpatía popular que tienen otras del compositor gaditano.

“El público espera desde el principio de la obra hasta el final que aparezca algo que le conecte con el Falla de 'El amor brujo' o 'El sombrero de tres picos'. Con la música folclórica que él amaba tanto. Y claro está, no lo encuentra. No está el Falla conocido y previsible”, insiste Pons.

De esta obra de madurez, en la que Falla trabajó veinte años y que no llegó a concluir, Josep Pons destaca su música austera, “sin concesiones, compleja,...En ella crea un lenguaje narrativo muy austero, pétreo. Pero si lo hizo fue porque quiso, deliberadamente”.

En ese momento de su vida, asegura el director de orquesta, Falla “estaba deslumbrado por la música de Wagner y por la de Tomás Luis de Victoria. Dos mundos completamente distintos y distantes en el tiempo. Llegaron a ser una obsesión para él”. “La Atlántida”, es “un gran monolito de piedra gris, de piedra casi granítica”, compara Pons.

“El Falla de La Atlántida -concluye su argumentación- es un músico austero, económico, sin concesiones, pero a la vez generoso en muchas otras cuestiones artísticas, aunque no en melodías”.

De todas las ocasiones en que Pons ha dirigido esta “gran cantata para solos, coro y orquesta”, recuerda especialmente una que hizo en Granada en 1996, con motivo del centenario de “don Manuel”, junto a La Fura dels Baus, en la que fue “su primera producción operística”, y en plena calle, delante de la catedral de la ciudad. “Fue como un gran auto sacramental”, rememora.

Pons, que ha encontrado a los músicos de la Nacional “muy bien y muy contentos” con quien es su principal director, David Afkham, que les acaba de dirigir hace pocas semanas en tres conciertos unánimemente aplaudidos por crítica y público, se muestra también optimista con el futuro del Liceo, cuyos nuevos gestores acaban de aprobar un plan de viabilidad para el coliseo.

“Se han pasado momentos malos, pero la actual dirección es seria. Aún siendo muy malos los tiempos, están dispuestos a sacar las cosas adelante”, concluye Pons.