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Kaiser Chiefs se deja la piel y consigue arrancar al público del Lollapalooza

Kaiser Chiefs se deja la piel y consigue arrancar al público del Lollapalooza

EFE

Santiago de Chile —

La formación británica de indie Kaiser Chiefs se dejó hoy la piel en el escenario y, tras muchos esfuerzos, consiguió arrancar de su letargo al público del Lollapalooza chileno.

Solo habían transcurrido unas horas desde el comienzo de la primera jornada de la III edición por tierras australes de este festival.

Hasta ese momento, Hot Chip y Two Door Cinema Club eran lo más destacado de un sábado que presentaba artistas de renombre internacional de la talla de The Hives, Queens Of the Stone Age y, sobre todo, Pearl Jam.

Conscientes de que no eran el plato fuerte del día y bajo un intenso sol otoñal, la banda de Leeds aterrizó minutos antes de las 17.00 hora local (20.00 GMT).

Ricky Wilson (vocalista), Andrew White (guitarra), Simon Rix (bajo), Nick Baines (teclado) y su último fichaje Vijay Mistry (batería), se propusieron levantar al respetable de su estado de somnolencia desde la primera canción con “Never Miss a Beat”, de su disco “Off With Their Heads” (2008).

Wilson, ataviado con una chaqueta vaquera, fue el encargado de llevar la batuta del intento. Un “say it” por aquí, un “one more” por allí. Nada. No había manera. No cantaban.

Ni “Everything Is Average Nowadays” ni “Kindla Girl You Are” consiguieron hacer vibrar a los presentes salvo a los más incondicionales.

“Nosotros somos Kaiser Chiefs”, repetía Wilson, como si quisiera recordarle al público ante quienes estaban; como si quisiera decirles que a mediados de la década pasada habían sido uno de los grupos más importantes de la escena indie.

Chuleta en mano, el vocalista de la banda británica preguntó si era un gran día antes de dar paso a “Heat Dies Down”. El ambiente se animó poco a poco gracias a que los británicos no pararon ni un momento.

Con su “Every Day I Love You Less And Less” provocaron los primeros saltos de la tarde. Las ganas de Kaiser Chiefs iban dando sus frutos.

Flanqueados por un enorme telón de fondo con el nombre del grupo y unas rayas verticales negras y amarillas, prosiguieron con sus temas cortos y electrizantes como “Good Days, Bad Day” y “Modern Way”.

Ante la posibilidad de un “jamacuco” y completamente rojo, Wilson se deshizo de su chaqueta y cantó “Modern Way”, instantes después de felicitar irónicamente a todos aquellos “que cumplan años este año”.

Con el sonido más fuerte de “The Angry Mob”, el líder de Kaiser Chiefs se bajó del escenario, se paseó por el pasillo reservado para los fotógrafos y acabó haciéndole una declaración de amor a la cámara.

Merced a los tiempos bien manejados y al conocimiento de que no era un concierto para fans, sino un festival; los británicos lograron lo que parecía imposible al principio de su actuación.

Brincos, bailes y cantos fueron la respuesta de un agradecido público, que fue premiado con la canción más conocida de la formación, “Ruby” (2007), que llegó a ser número uno en Reino Unido.

Kaiser Chiefs compensó algunos desafinos en sus creaciones con un gran desgaste durante la hora de actuación. Tras doce temas, el vocalista de la banda se subió a una columna del escenario como si de un mono se tratara y se desgañitó con “I Predict a Riot” (2005).

Con el sol ya cayendo, “Oh My God” puso el punto final a Kaiser Chiefs en Suramérica, y el punto seguido a la primera jornada de la III edición del Lollapalooza chileno.

A pesar de la resistencia inicial, el grupo del norte de Inglaterra logró lo que buscaba; hizo bailar, cantar e hizo pasárselo bien a los presentes, quienes supieron agradecérselo.

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