Llaman a una protesta mundial en apoyo a exreo de Guantánamo refugiado en Uruguay

Un grupo de activistas allegados a Jihad Diyab, uno de los exreclusos del penal de Guantánamo acogidos por Uruguay en 2014, convocó a manifestarse frente a embajadas del país suramericano y Estados Unidos en todo el mundo para apoyar los reclamos del refugiado, actualmente en huelga de hambre.

Así lo indicó a Efe Ana Claudia León, una de las integrantes del Grupo de Apoyo a Jihad Diyab, un colectivo de personas cercanas al sirio, quien realiza una huelga de hambre seca para exigir que se lo reúna con su familia en otro país, en lo posible del mundo árabe.

Los integrantes del colectivo exhortaron a concentrase “frente a las embajadas de Estados Unidos y de Uruguay en todo el mundo”, así como frente a edificios federales estadounidenses dentro y fuera de ese país, entre este miércoles y viernes.

El objetivo de la medida es que la población “se interese” por la situación de Diyab y reclamen a los Gobiernos de ambos países encontrar una solución “viable y sostenida” en sus reclamos.

Entre las proclamas de la jornada internacional se encuentra la “justicia para Jihad”, la “reubicación en un país en el que la reunificación familiar” sea posible y el “cierre inmediato de la cárcel de Guantánamo”, según un comunicado difundido por el grupo.

León indicó a Efe que el refugiado, que no consume alimentos hace alrededor de un mes ni ingiere líquidos hace alrededor de una semana, “está débil” y “ya no se puede sostener con las piernas”.

Asimismo, manifestó la preocupación del colectivo que integra por el estado de salud del exrecluso, ya que “se enojó tanto” a raíz del proceder de los delegados oficiales en sus últimos ingresos en hospitales que “decidió no recibir médicos del Gobierno”.

Según la activista, el enojo de Diyab se debe a que cuando se lo ingresó el pasado viernes al Hospital de Clínicas de Montevideo para seguir su estado de salud, se le prometió que se le mantendría comunicado a sus allegados, aunque, indicó, no se le permitió el ingreso a estos, tal como le había sucedido en su anterior ingreso.

A raíz de eso, León explicó que el sirio se negó a recibir atención y desde entonces no se lo ha podido convencer de cambiar de posición.

Hasta el momento, un médico allegado sigue en la medida de las posibilidades el estado de salud, aunque el grupo realiza gestiones para que el Sindicato Médico del Uruguay “pueda apoyar en la atención” constante al refugiado, cuyo deterioro es “gradual, pero le puede pasar algo de un momento a otro”, matizó León.

El pasado viernes, Diyab manifestó a la prensa por intermedio de un locutor que su situación de salud se encontraba en estado delicado y denunciaba la responsabilidad de Uruguay y Estados Unidos de tal situación.

“Mi situación de salud está muy precaria, estoy mal, mi energía está muy baja y yo responsabilizo personalmente al Gobierno de EE.UU. y también al de Uruguay si yo muero”, manifestó el sirio.

Diyab abandonó el país a mediados de junio y a fines de julio se presentó en el Consulado uruguayo en Caracas, donde pidió ser trasladado a un tercer país distinto a Uruguay para reunirse con su familia, pero a la salida de dicha sede diplomática fue detenido por las autoridades venezolanas y deportado a Uruguay semanas después.

Junto a otros tres sirios, un tunecino y un palestino fueron acogidos en Uruguay en diciembre de 2014 como parte del compromiso del entonces presidente uruguayo, José Mujica, de colaborar con su par estadounidense, Barack Obama, en el plan de cierre del penal de Guantánamo (Cuba).