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Lokarri pide al Gobierno del PP iniciar conversaciones con ETA y propone a Urkullu abrir “nuevos espacios de diálogo”

EUROPA PRESS

BILBAO —

La red ciudadana por el acuerdo y la consulta, Lokarri, ha solicitado al Gobierno central que inicie conversaciones con ETA con el objeto de gestionar su desarme y promover cambios en política penitenciaria. Asimismo, ha propuesto al lehendakari, Iñigo Urkullu, que ponga en marcha “nuevos espacios de diálogo a nivel político y social”. Además, le ha emplazado a abordar cambios en política penitenciaria “conforme a criterios de humanización y respeto a los Derechos Humanos”.

En su Informe de Verano-Otoño de 2012 del Observatorio Social del Proceso de Paz, Lokarri insta, además, a ETA a que garantice la “irreversibilidad del cese definitivo de la violencia, explorando todas las vías posibles para proceder a su desarme y desmantelamiento”, así como a dar pasos unilaterales en cuanto al

reconocimiento del daño causado.

El informe ha sido elaborado sobre la base de las aportaciones enviadas por las 954 personas que han respondido al cuestionario difundido, y entre las recomendaciones de Lokarri se encuentra la de solicitar al Gobierno español que “asuma su responsabilidad en torno a la construcción y consolidación de la paz y promueva el inicio de un proceso de conversaciones con ETA con el objetivo de

gestionar su desarme, desmantelamiento y reintegración“.

Asimismo, emplaza al Ejecutivo a iniciar los cambios necesarios en política penitenciaria “conforme a criterios de humanización y respeto a los Derechos Humanos de las personas presas”.

Además, Lokarri propone al nuevo Gobierno vasco que ponga en marcha espacios de diálogo a nivel político y social y

lidere una estrategia compartida con el fin de alcanzar los consensos necesarios para desbloquear la situación actual.

Asimismo, insta a ETA a que garantice la irreversibilidad del cese definitivo de la violencia explorando todas las vías posibles para proceder a su desarme y desmantelamiento, así como a dar pasos unilaterales en cuanto al reconocimiento del daño causado.

DATOS DEL INFORME

Según recoge el informe, aunque la valoración media del proceso de paz (5,79) ha aumentado respecto a la del Informe de primavera de 2012 (5,52) la esperanza suscitada tras la celebración de la Conferencia de Aiete y el cese definitivo de la actividad armada de ETA del pasado año se ha visto enfriada por el “aparente estancamiento de la situación”.

“Las opiniones recogidas indican claramente la necesidad de seguir avanzando en el proceso de paz con pasos que permitan consolidar la paz y la convivencia. Sin embargo, hay que destacar un dato positivo: las respuestas y comentarios recibidos indican que se ha normalizado la situación debido a la ausencia de la violencia de ETA y la posibilidad de que todas las formaciones políticas puedan participar en igualdad de condiciones en las instituciones”, destaca Lokarri.

Respecto a la opinión que merecen los últimos comunicados de ETA, la posición mayoritaria, con un 51 por ciento de respuestas, se decanta por la opción de que son el reflejo de que “está dando pasos unilaterales, siendo el momento de que los otros agentes se involucren”.

Por lo que se refiere a la concesión de libertad condicional al preso Josu Uribetxeberria, el 61 por ciento de las respuestas entiende que esta decisión ha sido correcta, pero que, al mismo tiempo, ha demostrado “la falta de voluntad de paz del gobierno en su gestión”.

Quienes consideran que es una decisión amparada por la legislación vigente, aunque sea difícil de entender, alcanzan un 16 por ciento, mientras que un 8 por ciento cree que la decisión ha sido buena, pero que ha supuesto un enorme desgaste para el colectivo de presos y sus familiares. La respuesta que afirmaba que es una ofensa para las víctimas, ha resultado elegida únicamente por dos personas.

Asimismo, según el 62 por ciento de las personas participantes, las recientes elecciones autonómicas han sido históricas, ya que se han celebrado sin la amenaza de la violencia de ETA y con todas las opciones legalizadas. El 13 por ciento considera que han sido rutinarias y que se han producido dentro de la normalidad de cualquier democracia mientras que el 11 por ciento las califican de constituyentes pues representan una segunda transición en Euskadi.

Por su parte, el 1 por ciento considera que estas elecciones han sido antidemocráticas ya que han permitido presentarse a los que no han condenado la violencia.

Respecto a cuál debe ser la prioridad del nuevo lehendakari, más de la mitad de las personas que han respondido al cuestionario, un 59 por ciento, considera que la prioridad para contribuir a la paz y la convivencia debería ser la de abrir un diálogo a nivel tanto político como social sobre estas cuestiones.

En la misma línea ha respondido el 19 por ciento que considera que debería abrir un diálogo con todas las fuerzas políticas de cara a preparar un plan de paz, mientras que un 10 por ciento considera que la prioridad debería ser la de preparar un plan para consolidar la paz y la convivencia. Frente a estas respuestas, un 3 por ciento considera que no debería de tomarse ninguna medida extraordinaria que no se haya adoptado hasta la fecha.

Según las respuestas recibidas, la apuesta firme de la izquierda abertzale por las soluciones democráticas y no violentas, elegida por el 48 por ciento de las personas participantes, es considerada como la mayor oportunidad para la paz. A cierta distancia le siguen el cese de la violencia por parte de ETA (29%), el apoyo internacional (24%) y la ilusión de la sociedad (23%).

Otras opciones que han sido valoradas como oportunidades para la paz, aunque con menor porcentaje, han sido la legalización de Sortu (12%), el cambio de correlación de fuerzas en el Parlamento Vasco (11%), las propuestas de los candidatos para consolidar la paz (8%) y la falta de crispación entre los candidatos en las elecciones autonómicas (8%).

Por último, el 81 por ciento de las personas participantes valora el último comunicado de ETA del pasado 25 de noviembre como positivo, aunque se introducen matices: el 42 por ciento considera que lo es por su disposición al desarme, pero añade que sería más positivo si dieran pasos para reconocer el daño causado, mientras que el 39 por ciento realiza esta afirmación porque considera que una vez más ETA se reafirma en su compromiso con el fin definitivo de la violencia.

Muestran más preocupación quienes aseguran que este comunicado es ambiguo porque parece que, de no darse pasos por parte del Gobierno, la decisión de ETA no será irreversible (11%) a la par que un 4 por ciento lo califica de decepcionante al entender que el único comunicado que la sociedad espera de ETA es el de su disolución.

La conclusión que Lokarri aprecia en las respuestas dadas por las personas que han participado es “la necesidad de trabajar por parte de todas las instituciones, partidos y movimientos sociales involucrados en aras a ofrecer a la sociedad un horizonte de esperanza que se concrete en pasos constructivos y positivos para el proceso de paz”.

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