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En Marcha, el arma “a la Obama” de Macron para conquistar el Elíseo

En Marcha, el arma "a la Obama" de Macron para conquistar el Elíseo

EFE

París —

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Entre partido político y movimiento ciudadano, la organización En Marcha del candidato presidencial Emmanuel Macron se inspira en las técnicas utilizadas por Barack Obama en su campaña del “Yes, we can” para superar un bipartidismo francés que “ya no vale en siglo XXI”.

En Marcha bebe de la estructura horizontal de la campaña demócrata de 2008, en la que “cada militante tiene capacidad creadora”, explica a Efe su portavoz Sylvain Maillard, que ve en el movimiento el fin del “incesto cultural” de los partidos tradicionales.

Creado el 6 de abril de 2016 en Amiens (norte de Francia), ciudad natal de Macron -de quien toma sus iniciales-, En Marcha reúne hoy a más de 240.000 afiliados, por encima del resto de formaciones políticas de Francia, salvo la conservadora Los Republicanos, que tenía 275.000 según su último recuento.

A igual que en el “Yes, we can” de Obama, los militantes de En Marcha tienen la libertad de crear sus propios comités, reclutar a otros miembros y organizar actividades sin una autoridad coordinadora, en una estructura que “se asemeja a las células de un organismo vivo”, según Maillard.

La presidenta de un comité con 140 militantes en Lyon (sureste), Sophie Rupert, dice a ese respecto que “lo mejor es la libertad de cada cuál para hacer lo que quiera”, una innovación organizativa a la que los viejos partidos, con una estructura centralizadora y jerarquizada, “tendrán que adaptarse o morir”.

Las acciones proselitistas, como el puerta a puerta o los café-debate, se coordinan gracias a un sistema informático de “inteligencia de datos” que permite a los “marchistas” (como ya se los denomina en Francia) conocer las actividades de comités cercanos o saber dónde viven los indecisos para las próximas elecciones.

Pero el elemento central del movimiento es, para Maillard, “la apertura a la ciudadanía”, ya que los comités tiene un papel “central” en la decisión política, como se demostró durante la articulación del programa del exministro de Economía.

Para configurar las medidas definitivas, las cúpulas del movimiento enviaron formularios con diferentes preguntas a los más de 3.000 comités repartidos por el país, cuyas proposiciones fueron luego contrastadas con la opinión de 400 expertos.

“En el comité en el que participé había gente conservadora, socialistas y hasta comunistas”, algo “impensable” en una estructura política tradicional, explica a Efe la militante al cargo de los distritos IX y X de París, Celine Calvez, que considera que la distinción derecha-izquierda “terminará por desaparecer”.

Una idea propia de la “nueva política” que también utiliza la otra gran favorita para las elecciones francesas, la ultraderechista Marine Le Pen, cuyas políticas sin embargo son antagónicas al liberalismo de Macron.

Para la delegada nacional del movimiento y senadora socialista Bariza Khiari, En Marcha es una oportunidad para acabar con el “'tic-tac' de las élites políticas”, que solo favorece el “incesto cultural de los partidos”.

Ella es una de tantos otros miembros del partido socialista francés que se han unido o han dado su apoyo a la campaña de Macron, como el ex primer ministro Manuel Valls, o el titular de Defensa, Jean-Yves Le Drian.

Un proceso de reagrupamiento en torno a En Marcha que responde, según la delegada, a la necesidad de una clase política “más profesional” y a la falta de experiencia que existe en los partidos tradicionales.

“A mí me cae muy bien Benoît Hamon, pero no ha tenido un trabajo de verdad en su vida”, ironiza Khiari en referencia al candidato socialista a las presidenciales.

Una renovación que para Khiari no es “contradictoria” con el hecho de que Macron provenga de esas mismas élites (antes de ser alto funcionario, trabajó en la banca de inversiones Rothschild), ya que el candidato “siempre se ha preocupado por cambiar el panorama político”.

Con ese mismo fin, En Marcha celebró un concurso público en el que cualquier militante pudo presentarse para ser futuro candidato de En Marcha en las elecciones legislativas, que se celebrarán un mes después de las presidenciales, para el que se han recibido 14.000 candidaturas que todavía se están analizando.

Más de la mitad de los elegidos serán militantes sin experiencia política previa, asegura Khiari, en un “movimiento” que está aquí “para quedarse”.

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