Margallo dice que en cooperación ha habido que hacer “lo de los panes y los peces, con pocos panes y pocos peces”

García-Margallo, exalumno de la Universidad de Deusto, ha participado este martes en el Encuentro Deusto Business Alumni, evento organizado por Deusto Business Alumni en colaboración con PwC, en el que ha hablado sobre las orientaciones de la política exterior durante los últimos cuatro años.

Tras declararse un “entusiasta de la cooperación” y afirmar que “uno de los grandes problemas que tiene el mundo es la pobreza” y, ahora, “los conflictos que también provocan un éxodo por razones distintas, pero un éxodo humanitario”, García-Margallo ha asegurado que ha vivido “la peor etapa de la cooperación que se ha vivido nunca”.

Según ha recordado, “el compromiso de España y de todos los países era llegar a un 0,7% del PIB para ayuda al desarrollo”, pero “el Gobierno anterior lo bajó a un 0,49%” y él ha tenido que “funcionar con un presupuesto que era del 0,14%”. “Solo tengo por detrás a Grecia, y he tenido por delante a países que fueron rescatados, como Irlanda, Portugal y Chipre”, se ha lamentado.

Por ello, ha dicho que su Ministerio ha tenido que hacer “un enorme esfuerzo, un esfuerzo de imaginación interno” y ha recordado que España tenía cooperación con 50 países, y “lo hemos reconducido a 23, porque algunos de ellos han pasado a ser países de renta media”.

La acción del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación se ha centrado es atender las “necesidades más perentorias”, como “el plan del agua, la lucha contra la pobreza extrema y la sanidad”, así como en “la exportación de buenas prácticas” porque, en materia de cooperación, “hay que empezar a preguntarse no porqué un país es pobre, sino porqué un país es rico, que prácticas tiene”.

En la actualidad, ha dicho que hay dos fénomenos “como base jurídica y, por tanto, como tratamiento”. Así, ha distinguido entre quienes salen de su país porque “son objeto de una persecución étnica, religiosa o política, que tienen derecho de asilo por la Convección de Ginebra” y los que salen “por razón de lucha contra la pobreza, que es la inmigración”.

“Los dos fenómenos son distintos, y eso es lo que estamos intentando lidiar en Europa en estos momentos, pero los dos exigen soluciones muy parecidas, porque el que llega a nuestras cosas, sea por una tazón u otra, hay que atenderle, hay que alimentarle, darle sanidad, educación y, a la larga, habrá que darle trabajo si no queremos crear un problema”, ha manifestado.

García-Margallo ha destacado que la experiencia española es “la que más se estudia en la UE” porque “las políticas de cooperación al desarrollo que hemos hecho con las instituciones en origen y, fundamentalmente, con sus fuerzas de seguridad para controlar el flujo y las políticas de integración, han sido las más exitosas que ha habido nunca en la UE”.

España, ha dicho, es el país que experimenta un crecimiento del flujo migratorio “más rápido del mundo, ya que en el año 2000 estábamos prácticamente en cero, y en 2004 estábamos en el 13% de la población”. “En 2014 sobre 2013 el incremento de los flujos migratorios en el mediterráneo occidental (España) fue un 13%, en el mediterráneo central (Italia) un 277%, y en los Balcanes un 1.352%. En España se está haciendo bien”, ha reiterado, para destacar los acuerdos con países iberoamericanos para “cooperar juntos”. “Ha habido que hacer lo de los panes y lo peces, con pocos panes y pocos peces”, ha insistido.