Margallo ve urgente pasar de la cultura de la reacción a la de la prevención

El ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo, ha considerado hoy “urgente” pasar de “una cultura de la reacción a una cultura de la prevención” y ha subrayado que “la prevención debe convertirse, ya lo es, en una dimensión esencial de la política exterior”.

García-Margallo ha hecho esta declaración en su intervención en la primera Conferencia Internacional de Diplomacia Preventiva en el Mediterráneo, que se celebra desde hoy y hasta mañana en Alicante, organizada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y Casa Mediterráneo.

El ministro ha subrayado que “esa cultura de la prevención es especialmente necesaria en el Mediterráneo” y ha expuesto que el norte de África y Oriente Medio han experimentado un intenso proceso de transformaciones en los últimos años.

“Hoy toda la región demanda más estabilidad, más democracia y más desarrollo”, ha señalado el jefe de la diplomacia española.

Ha recordado que España ha situado la mediación y la diplomacia preventiva como una de las prioridades de su política exterior.

En su intervención, García-Margallo ha manifestado que, “por muy brillantes que sean las iniciativas regionales o multilaterales de diplomacia preventiva que se nos puedan ocurrir, tan sólo pueden tener éxito cuando los actores locales están plenamente involucrados en la resolución de sus propios problemas por medios pacíficos”.

Un ejemplo de ello es Túnez, ha destacado García-Margallo, quien también ha señalado que el Mediterráneo es “un ejemplo de conflictos prolongados que se podrían beneficiar del diálogo intercultural e interreligioso como herramientas poderosas a favor de la paz y la seguridad”.

“Debemos reforzar las instituciones culturales y religiosas comprometidas con la paz, invitándolas a que actúen colectivamente en situaciones de crisis y, sobre todo, antes de que estallen las crisis”, ha dicho el ministro de Asuntos Exteriores.

Ha resaltado que España apoya los esfuerzos de las Naciones Unidas para fortalecer los instrumentos de prevención de conflictos, evitando los compartimentos estancos.

En este empeño, el ministro ha considerado fundamental mejorar el análisis de la situación sobre el terreno reforzando la cooperación entre las Naciones Unidas y las organizaciones regionales.

“Desde esta Conferencia podríamos apoyar la iniciativa del secretario general de Naciones Unidas de establecer una oficina regional de la Naciones Unidas en el norte de África”, ha propuesto.

En el ámbito nacional “también deberíamos reforzar nuestras unidades de Diplomacia Preventiva y posibilitar una mayor interacción entre ellas”, ha expuesto García-Margallo.

“Precisamente, una forma en la que desde nuestras capacidades nacionales podemos reforzar la labor del Consejo de Seguridad es utilizando nuestras embajadas en países y regiones con riesgo de conflicto a modo de una red de antenas de alerta temprana”, ha indicado.

Una red de antenas de alerta temprana que pueda “advertir en tiempo real al Consejo acerca de situaciones que puedan degenerar en amenazas a la paz y seguridad internacionales”, ha concretado.

“El propio Consejo podría disponer de un órgano subsidiario de diplomacia preventiva donde se recibieran y procesaran dichas alertas antes de pasarlas a la atención de los miembros del Consejo”, ha dicho el ministro.

Por otra parte, García-Margallo ha manifestado que “la experiencia española nos ha enseñado que en la derrota del extremismo violento” es necesario, por un lado, “escuchar a las víctimas”, porque “su voz deslegitima cualquier intento de justificación de la barbarie”.

Por otra lado, ha remarcado, es necesario “fortalecer la cooperación judicial en este ámbito, para evitar que los terroristas y quienes colaboran con ellos puedan tener una percepción de impunidad”.

Basado en todo ello, García-Margallo ha reiterado su propuesta de nombrar un representante de alto nivel del Secretario General de Naciones Unidas para la prevención del extremismo violento.