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Crónica

Marlaska provoca un cisma inédito entre un Gobierno socialista y la Guardia Civil

Grande-Marlaska saluda a la bandera durante la toma de posesión de la directora general de la Guardia Civil el pasado enero. EFE/ J.J. Guillén

Pedro Águeda

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Cuando finalizó su discurso, Fernando Grande-Marlaska descendió del atril, se dirigió a la primera fila de asientos y dedicó su primer abrazo a Alfredo Pérez Rubalcaba. Ya retirado de la primera línea política, el exministro del Interior apadrinaba en junio de 2018 a alguien de un perfil muy distinto a él, sin carnet del partido y procedente del sector conservador de la judicatura. Buena parte del primer equipo de Marlaska en el Ministerio fue propuesto por Rubalcaba, así que ahí puede estar la explicación. Pero la brecha entre ambos se hizo insalvable al poco tiempo, cuando Marlaska cesó de forma fulminante al jefe la Unidad Central Operativa Manuel Sánchez Corbí. Fruto de la admiración recíproca, el coronel era uno de los dos únicos amigos que había hecho Rubalcaba en la Guardia Civil durante sus cinco años en Interior. Al otro, el también coronel Diego Pérez de los Cobos, Marlaska lo destituyó este lunes.

La escena del abrazo quebrado entre Grande-Marlaska y Rubalcaba se produjo, como tantas tomas de posesión, en el bautizado extraoficialmente como “salón Laos” del Ministerio, por albergar en su estreno la rueda de prensa de Juan Alberto Belloch anunciando la falsa captura de Luis Roldán en el país asiático. El político del PSOE, primer civil en dirigir la institución, ocupará para siempre un lugar privilegiado en el ángulo tenebroso de la Benemérita, allí donde también habita la guerra sucia en tiempos de Felipe González y los casos de torturas. Pese al desprecio interno que despierta el individuo que se fugó con el dinero de los huérfanos, el retrato de Roldán sigue colgado en la Dirección General, en un lugar poco visible, al resguardo de la broma que dice que aparece con las manos a la espalda, “como esposado”. Fue director y todos los directores están allí representados. Orden y tradición son dos cuestiones que no se discuten en la Guardia Civil.

Preocuparse por conocer esa idiosincrasia ha resultado de gran utilidad para ministros, secretarios de Estado y directores generales que han mandado el Cuerpo. “El honor es mi divisa”, reza el lema de la Benemérita. Y ese es el mensaje que circulaba entre los móviles de sus mandos la mañana de este martes al enterarse de la dimisión del teniente general Laurentino Ceña. El número dos del instituto armado renunciaba por su desacuerdo con el cese de Pérez de los Cobos a cuenta de no haber informado del atestado al juzgado que censura la autorización del 8M.

La atribución de una deslealtad o insubordinación a Pérez de los Cobos era difícil de explicar, toda vez que sus subordinados actuaban como policía judicial, a las órdenes exclusivas de la jueza, y habiendo impuesto ésta la reserva absoluta de sus actuaciones. El portazo del director adjunto operativo ha desatado la mayor crisis en Interior desde que Grande-Marlaska es ministro y abre la mayor brecha entre la institución y un Gobierno socialista desde la fuga de Luis Roldán. Ni siquiera en el Gobierno de Rodríguez Zapatero, cuando el PP y sus entornos mediáticos y de algunas asociaciones de víctimas acusaban a los socialistas de “traicionar a los muertos”, se produjo un divorcio tal con la Guardia Civil. Fue al poco de ser nombrado Pérez Rubalcaba ministro del Interior cuando Pérez de los Cobos aterrizó en Interior, donde ha estado 11 años, incluido el capítulo final de la misión en el octubre secesionista de Catalunya.

Hay que remontarse 34 años atrás para encontrar un cese o renuncia en la cúpula de la Guardia Civil a la altura de la que ha protagonizado el director adjunto operativo . Y ésta tiene que ver, otra vez, con Roldán. El teniente general Andrés Casinello, que había sido jefe de los primeros servicios secretos de Adolfo Suárez, aspiraba a convertirse en director general del instituto armado desde su puesto de jefe del Estado Mayor de Operaciones. Pero el 16 de octubre de 1986, conocedor probablemente de que no iba a ser el elegido, Casinello firmó un texto en Abc que plagado de descalificaciones a políticos y periodistas. El Gobierno de Felipe González optó para dirigir la Benemérita por un emergente cuadro del partido en Aragón.

Riesgo de dimisión no detectado

El actual Ministerio del Interior, otra vez ajeno a las dinámicas de la institución, no vio venir la dimisión de Ceña, según reconocen fuentes del departamento. Grande-Marlaska restó relevancia este martes a la renuncia porque a Ceña le quedaban unos días para jubilarse después de que el Ministerio hubiera prorrogado su mando por los actos del 175 aniversario de la institución y luego por la crisis de la Covid-19, aseguró el ministro ayer.

La reacción de Marlaska y su equipo a la tormenta en el Cuerpo fue anunciar una subida salarial para todos los policías y guardias civiles, el tercer tramo de un acuerdo pactado en 2018 entre el ministro Juan Ignacio Zoido y los sindicatos policiales con la presión al PP de Ciudadanos, indispensable entonces para aprobar los Presupuestos Generales del Estado. La partidas dispuestas anteriormente para el acuerdo han llegado a consumir un 10% de los fondos del Ministerio y supusieron una subida de 400 euros de media mensuales. Y ahora, con la previsión de un desempleo galopante en España, y otra vez sin que el resto de funcionarios se beneficien, Marlaska anuncia el incremento correspondiente a policías y guardias civiles del 20%, 247 millones de euros.

Marlaska hizo el anuncio pese a que hace un mes vinculó en el Congreso la liberación de la partida a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Interior asegura que la aprobación de la partida estaba prevista desde antes de los ceses y que, pese a la buena noticia para los agentes, el ministro no iba a participar en la rueda de prensa posterior al Consejo para anunciarlo. Su intervención, dice un portavoz oficial, tuvo como objetivo evitar a la ministra portavoz explicar los cambios en el instituto armado.

Ya en el estrado, el ministro del Interior fue preguntado por el cese de De los Cobos y, reiteradamente, negó que tuviera que ver con no haber informado del atestado de sus subordinados. “La sustitución, cese, del coronel Pérez de los Cobos es única y exclusivamente debida a esa política razonable, normal, de reconstitución de nuevos equipos”, lanzó Grande-Marlaska.

La afirmación del ministro sobre el cese, en el aire

La afirmación del ministro contrasta con la llamada que recibió Pérez de los Cobos en la noche del domingo del general jefe de la comandancia de Madrid preguntándole si su equipo de policía judicial había acabado las diligencias solicitadas por la jueza, a lo que el coronel respondió que lo desconocía y que si así hubiera sido el capitán le hubiera trasladado su disponibilidad una vez acabado el trabajo para la jueza. Una hora después recibió la llamada de la directora general interesándose por la misma cuestión y recibiendo la misma respuesta. María Gámez trasladó entonces a Pérez de los Cobos que estaba cesado.

El objeto de la destitución, no haber informado del atestado a sus superiores, fue compartido por Gámez en conversaciones posteriores con otros mandos de la Dirección de la Guardia Civil, aseguran fuentes del instituto armado. La jueza del caso, Carmen Rodríguez-Medel difundió ayer lunes, tras hacerse público el cese, que si tuviera constancia “oficial” de que está relacionado con no haber informado del atestado de la investigación, como ella había solicitado, actuaría contra el Ministerio del Interior.

En la rueda de prensa, Marlaska llegó a decir que la jefatura de la Comandancia de Madrid es un puesto de confianza de la Secretaría de Estado de Seguridad. En ese puesto, el coronel Pérez de los Cobos tenía competencias en materia de seguridad ciudadana sobre las localidades de la Comunidad de Madrid con menos de 30.000 habitantes. Remató el ministro asegurando que el destacado currículum del coronel en la lucha “contra distintas organizaciones criminales” lo tienen “muchísimos” otros guardias civiles, una afirmación que un destacado colaborador de Alfredo Pérez Rubalcaba aseguraba este martes con pesar que su antiguo jefe jamás hubiera compartido.

[[En una primera versión de esta información se daba a entender que la decisión de llevar al Consejo de Ministros la subida a los agentes fue “improvisada” en medio de la polémica por la destitución de Pérez de los Cobos. El Ministerio del Interior asegura que la decisión corresponde a días antes del cese, como se incluye en la versión definitiva del texto]].

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