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Marroquíes votan mañana para renovar sus ayuntamientos y gobiernos regionales

Marroquíes votan mañana para renovar sus ayuntamientos y gobiernos regionales

EFE

Rabat —

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Los marroquíes están llamados mañana a votar en las elecciones municipales y regionales, las primeras de su género que se celebrarán bajo la nueva Constitución de 2011 y que son vistas como un examen a la popularidad del Partido Justicia y Desarrollo (PJD), la formación islamista que encabeza el gobierno.

El presidente del Gobierno marroquí, Abdelilah Benkirán, secretario general del PJD, parece haberlo entendido así y se ha implicado personalmente en una campaña que lo ha llevado por todos los rincones del país para apoyar a sus candidatos, que deben probar que su partido, de raíz más urbana, también puede conquistar el Marruecos rural.

En las pasadas elecciones municipales de 2009 -entonces los gobiernos regionales no eran electos-, el PJD obtuvo solamente un 5,5 % de los sufragios, siendo el sexto partido en votos, pero no había llegado la Primavera árabe que cambió las tornas y permitió al partido islamista ganar incontestablemente las legislativas de 2011.

Aquella cita de 2009 dio un claro ganador, el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), que logró casi un 22 % de los votos pese a haber sido fundado solo un año atrás por Fuad Ali Hima, un hombre cercano al rey Mohamed VI, que de hecho es ahora un consejero real y está retirado de la política.

Desde entonces hasta ahora, el PAM y el PJD se han convertido, según todos los analistas, en los grandes rivales políticos a todos los niveles, nacional y regional, y la campaña actual ha girado claramente en torno a ambos partidos.

El PAM se presenta como un defensor de las libertades y la modernidad frente a un PJD más apegado a los valores tradicionales y una visión conservadora del islam; en cuestión de líderes, al PAM le falta un hombre carismático como Benkirán, que destrona de forma sistemática a todos sus rivales en los sondeos de opinión.

El PAM y el PJD son los que más dinero han invertido en la campaña actual y los que más candidatos presentan, seguidos por el Istiqlal, el histórico partido nacionalista hoy venido a menos y al que trata de dar alas su impulsivo líder Hamid Chabat, que tiene en Benkirán a su “bestia negra”: no por nada Istiqlal y PJD se disputan el mismo electorado.

De las grandes ciudades marroquíes, el PAM ha gobernado en estos seis años en Tánger y Marrakech, mientras que el PJD lo ha hecho en Tetuán y Kenitra; el Istiqlal en Fez y Uxda y la Unión Socialista (que vive horas muy bajas) en Rabat y Agadir; Casablanca, por último, está gobernada por la Unión Constitucional, uno de los llamados “partidos de la administración” sin ideología definida.

El verdadero interés de estas elecciones radica en cuáles de estas ciudades van a cambiar de manos y qué porcentaje de popularidad conservan los partidos; un síntoma de que estos partidos se toman muy en serio los comicios es que no menos de doce ministros del gobierno (algo más de un tercio del total) se presentan como candidatos.

Sobre la campaña no han planeado grandes ideas ni ambiciosos proyectos urbanos en un país en crecimiento humilde pero constante (2,5 % en 2014, 3,5% esperado para 2015), sino ataques personales y acusaciones cruzadas de usar dinero sucio y comprar simpatizantes que hagan ruido en las calles, preludio de corrupciones a mayor escala.

Pese al interés demostrado por la clase política y a los medios desplegados por los casi 30 partidos en liza, la atención popular ha sido escasa, y hay cierta preocupación por saber cuál será la tasa de participación.

En 2009 votaron un 52 % de los electores, una cifra que no recoge los varios millones de personas mayores de 18 años que ni siquiera se inscriben en las listas electorales y que podrían subir muchos enteros la tasa real de abstención.

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