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Merkel rechaza el “espionaje entre amigos” ante una comisión parlamentaria

Merkel rechaza el "espionaje entre amigos" ante una comisión parlamentaria

EFE

Berlín —

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La canciller alemana, Angela Merkel, comparece desde hace horas ante la comisión parlamentaria que investiga las actividades de los servicios secretos estadounidenses y germanos y reiteró su rechazo al “espionaje entre amigos”, como ha ha hecho desde que estalló el escándalo.

“El espionaje entre amigos no es de recibo. Ya no estamos en la guerra fría”, afirmó ya Merkel en 2013, cuando se conocieron las dimensiones de las escuchas que realizaba la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense en países aliados, que afectaban prácticamente a todo el sistema de telecomunicaciones.

Hoy, en su comparecencia en la última sesión de la comisión de investigación, la canciller repitió esa frase y recordó, en una declaración inicial antes de responder a las preguntas de los diputados, las veces que la había dicho y sus diferentes pronunciamientos ante el escándalo durante los últimos cuatro años.

Ante la comisión, Merkel defendió mantener un equilibrio entre la necesidad del trabajo de los servicios secretos para garantizar la seguridad de los ciudadanos y las críticas a las actividades de la NSA en Alemania, que llegó a espiar incluso uno de los teléfonos móviles (celulares) de la canciller.

Se trataba de un asunto complicado porque, en medio de las investigaciones sobre las escuchas de la NSA, se descubrió que esa agencia había recibido apoyo del BND, los servicios secretos alemanes que operan en el exterior del país.

El BND, dentro de su cooperación con la NSA, había espiado millones de líneas telefónicas y cuentas de correo electrónico por encargo de los estadounidenses, actuaciones que afectaban también a socios europeos e instituciones comunitarias.

Esta agencia depende de la Cancillería, por lo que los críticos de Merkel esperaban escuchar hoy si su rechazo al espionaje entre amigos también era válido para los socios europeos.

Merkel aseguró que desconocía esas prácticas y que sólo llegó a saber de ellas cuando salieron a la luz pública, después de lo cual se reformó la ley sobre los servicios secretos para evitar que algo así se repitiera en el futuro.

“La primera vez que dije esa frase con la que ustedes parecen estar todos de acuerdo me pareció algo obvio. La dije espontáneamente, pero con base en principios firmes, no tenía motivos para pensar que el BND no se acogiera a esos principios”, indicó.

En su opinión, “los servicios secretos deben concentrarse en los que amenazan la seguridad, como el Estado Islámico y otras organizaciones horribles, y no desperdiciar recursos espiando gobiernos amigos”.

Merkel también fue interrogada por los motivos de su Gobierno para no facilitar que el exanalista de la CIA Edward Snowden, cuyas denuncias desataron el escándalo, viajara a Alemania desde su exilio moscovita para declarar ante la comisión parlamentaria, incluso recibiendo asilo político.

Según Merkel, los ministerios competentes consideraron que no se daban las condiciones para el asilo.

Apuntó que no entendía por qué la comisión no había hecho uso de las facilidades que se le habían ofrecido para interrogar a Snowden en Moscú.

El diputado verde Christian Ströbele le preguntó si la verdadera razón no era que el Gobierno no se había atrevido a desafiar a Estados Unidos, donde Snowden tiene cargos en su contra por revelar detalles del trabajo de los servicios secretos.

Merkel respondió que no y garantizó que no tenía nada que agregar sobre un asunto que tensó las relaciones diplomáticas entre Alemania y EE.UU. mientras la canciller y el entonces presidente estadounidense, Barack Obama, se esforzaban en mantener su alianza política.

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