Mueren cuatro iraquíes y tres resultan heridos en ataques en Bagdad y Mosul

Al menos cuatro iraquíes murieron hoy y otros tres resultaron heridos en varios ataques que tuvieron lugar en Bagdad y la ciudad de Mosul, al norte de la capital de Irak, informó a Efe una fuente del Ministerio iraquí del Interior.

La fuente explicó que un grupo de hombres armados irrumpió en la vivienda de un exgeneral del ejército iraquí en la zona de Al Namrud, 20 kilómetros al sur de Mosul, capital de la provincia de Nínive, y lo asesinaron a tiros, tras lo que se dieron a la fuga.

En otro incidente, el dueño de una tienda de alimentos pereció al ser disparado por hombres armados en el barrio de Al Andalus, al noreste de Mosul.

En un atentado similar, dos jóvenes de la secta “yazidi” (una confesión religiosa esotérica preislámica) fallecieron en la localidad de Al Qahtanya, 120 kilómetros al oeste de Mosul.

Además, tres civiles resultaron heridos por la explosión de un artefacto colocado en la carretera de la zona de Abu Garib, 25 kilómetros al oeste de la capital, según la misma fuente.

Anteriormente, al menos nueve supuestos miembros de la red terrorista Al Qaeda murieron y otros diez fueron detenidos en la provincia de Salahedín, al norte de Bagdad, en una redada de las fuerzas del orden.

La organización Estado Islámico de Irak, un conglomerado de grupos terroristas vinculado a Al Qaeda, asumió hoy la autoría de los ataques que tuvieron lugar la semana pasada en el país, en un comunicado difundido en internet.

La organización explicó que los atentados, que causaron decenas de muertos y centenares de heridos, fueron organizados en venganza por la detención de islamistas radicales en cárceles iraquíes.

La jornada más sangrienta fue el miércoles pasado, cuando una treintena de personas perdieron la vida y más de doscientas sufrieron heridas en una cadena de ataques en las provincias de Kirkuk (norte), Salahedín (norte), Bagdad y Al Anbar (oeste).

Estos sucesos se producen en un momento de tensión entre el Gobierno de Bagdad y las autoridades del Kurdistán iraquí por la disputa de varias zonas y una crisis política desencadenada por las protestas de manifestantes en provincias de mayoría suní.

Los manifestantes suníes exigen la liberación de los detenidos sin cargos y la anulación de la ley antiterrorista, que creen que es empleada contra los suníes.