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Netanyahu combate la huida de votos a su derecha en la recta final electoral

Netanyahu combate la huida de votos a su derecha en la recta final electoral

EFE

Jerusalén —

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A apenas cuatro días de las elecciones legislativas israelíes, Likud Beitenu, la candidatura del primer ministro Benjamín Netanyahu, trata de recuperar el masivo voto conservador que le ha arañado la formación ultraderechista Habait Hayehudi, tercera fuerza política, según las encuestas.

Los últimos sondeos, publicados ayer (hoy no hay prensa por el shabat), son motivo de preocupación en Likud Beitenu, la lista conjunta del derechista Likud, el partido de Netanyahu, e Israel Beitenu, la formación nacionalista que lidera el hasta hace un mes ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman.

La candidatura llega a la recta final de los comicios aún como la más votada, pero con su menor previsión de diputados de toda la campaña (32, diez menos de lo que obtuvieron ambas formaciones por separado en 2009) y menor brecha entre su bloque (derecha-ultraortodoxos), que suma 63-64 escaños, y el resto de partidos (56-57).

Hoy, en un acto en la ciudad de Beer Sheva, Lieberman (número dos de Likud Beitenu) reiteró que obtendrán 40 diputados, pese al trasvase continuado de votos hacia HaBait Hayehudi (La Casa Judía), asentada en 14 diputados.

“Digo, también hoy, que estamos hablando de 40 escaños. No estoy seguro de que todos esos sondeos representen la realidad. Las diferencias (entre ellos) son demasiado grandes. De verdad será interesante ver cuánto se acercan a la realidad las previsiones”, declaró, informa la edición digital del diario “Maariv”.

Ayer, el ministro de Medio Ambiente, Guilad Erdan, aseguró a la radio pública del país que el descenso en las encuestas se debe a que falta movilización en la base electoral del Likud porque da por sentada la victoria de Netanyahu.

Ante esta situación, Netanyahu, que apenas ha concedido entrevistas a los medios israelíes durante sus cuatro años de mandato, las multiplicó este fin de semana, con dos mensajes claros: su fuerza es la derecha fuerte, pro-colonización y responsable y, dos, la división del voto de derechas puede acabar llevando a la izquierda al poder.

“La pregunta no es si ganaremos las elecciones, sino si hay manos firmes al volante. Cuando hay demasiadas manos al volante, el coche vuelca”, señaló al “Maariv” antes de advertir del “error histórico letal” que supondría dividir el voto de la derecha, como en los comicios de 1992 y de 1999, en que ganó la izquierda.

Netanyahu lanzó un mensaje indirecto a Naftali Bennett, líder de HaBait Hayehudí y su ex asesor (“Nadie puede darme lecciones de amor a la Tierra de Israel y compromiso con la causa sionista o la colonización”) y se comprometió a no evacuar asentamientos en los próximos cuatro años si resulta reelegido primer ministro por el Parlamento tras los comicios.

“Los días de las excavadoras que desarraigan a los judíos han quedado atrás, no delante nuestro. No me dedico a hacer concesiones”, dijo tras congratularse de haber “reforzado” los asentamientos, no haber evacuado uno “nunca” y haber concedido el estatus de universidad al centro académico del asentamiento de Ariel, en el norte de Cisjordania.

En otra entrevista, al diario “The Jerusalem Post”, Netanyahu habla de la importancia de que “la gente se dé cuenta de que la única forma” de liderar el país es con “un partido gobernante muy fuerte” que facilite al primer ministro “centrarse en los temas clave”.

Bennett, reservista de una unidad de elite convertido en millonario al vender una exitosa empresa tecnológica, juega en los últimos días la misma carta de la moderación que ha catapultado sus expectativas electorales.

Hace unos días señaló al diario “Haaretz” que no gobernará sólo para los colonos judíos (su base ideológica), sino para todos los israelíes, y que la colonización de los territorios palestinos no será su máxima prioridad.

Bennett “sabe que en últimos días de campaña advertiremos a su público contra el voto a la extrema derecha. Para impedir un trasvase de votos de ellos a nosotros está pasando el mensaje: 'No me tengáis miedo, soy responsable, moderado, tengo sentido común”, señaló un dirigente del Likud al diario “Haaretz”.

En Israel el voto es proporcional y de circunscripción única, por lo que suelen gobernar complejas coaliciones.

Por eso, en sus lemas y vídeos de campaña, la derecha más extrema asume ya que gobernará con Netanyahu y pide el voto como una garantía de que sus ideas tendrán influencia.

Por ejemplo, HaBait Hayehudí muestra en uno de sus anuncios a Netanyahu y Bennett uno al lado del otro, con la frase: “Fuertes juntos, elegimos a Bennett”.

También la formación más ultraderechista, Otzmá LeIsrael, duda en declarar que “todo el mundo sabe que Netanyahu será primer ministro”, pero se presenta como el baluarte de la “fuerza judía” en la Knesset.

Antonio Pita

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