La ONU avisa de que no podría detener las “atrocidades masivas” en Sudán del Sur

Naciones Unidas considera que existe el riesgo de que se cometan “atrocidades masivas” en Sudán del Sur y cree que sus “cascos azules” no están preparados para detenerlas, según un informe hecho público hoy.

“La posibilidad de que se cometan atrocidades masivas en Sudán del Sur es muy alta, especialmente tras el fuerte aumento del discurso de odio y la agitación étnica de las últimas semanas”, señala en el texto el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

El informe, dirigido al Consejo de Seguridad, alerta además de que “las operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas no tienen el alcance, el personal o la capacidad suficientes” para detener una violencia a gran escala.

“Los límites de la capacidad de la misión (de Naciones Unidas en Sudán del Sur) para proteger a los civiles en el entorno actual ya han quedado patentes”, apunta Ban, en referencia a varios casos en los que los “cascos azules” no lograron proteger a la población frente a ataques de elementos armados.

Una investigación independiente encargada por la propia ONU reveló que las fuerzas de paz fueron incapaces de garantizar la seguridad durante el brote de violencia que se vivió el pasado julio en la capital, Yuba, e hizo un análisis muy crítico de la respuesta a la situación por parte de la misión.

Por ello, el jefe de la organización considera “importante definir claramente lo que el sistema de las Naciones Unidas puede y no puede hacer en caso de que se produzcan atrocidades en masa en Sudán del Sur”.

Ban señala que la ONU tiene previsto enviar una delegación para abordar con la Unión Africana (UA) la posibilidad de establecer una fuerza para que intervenga en caso de que sea necesario.

Independizado de Sudán en 2011, Sudán del Sur se halla sumido en la violencia desde que en diciembre de 2013 el presidente, Salva Kiir, denunció un intento de golpe de Estado encabezado por su rival Riek Machar. Aunque ambos alcanzaron un acuerdo de paz en agosto de 2015, la tensión volvió a estallar hace unos meses.