La ONU urge al gobierno de Myanmar a acabar con la discriminación de los rohingyas

El alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein, pidió hoy al nuevo Gobierno de Myanmar que tome medidas concretas para acabar con la sistemática discriminación y las constantes violaciones a los derechos humanos de la minoría rohingya en el país.

El informe, solicitado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en julio pasado, documenta una serie de abusos y vejaciones a los rohingya, una minoría musulmana que vive en el estado de Rakhine.

Según el informe del alto comisionado, a los rohingyas no se les concede la nacionalidad, sufren restricciones a su libertad de movimientos, padecen amenazas a su seguridad y a su vida, y se les deniega el derecho a la salud y a la educación.

Asimismo, se les obliga a realizar trabajo forzoso, las mujeres sufren violencia sexual, además de tener sus derechos políticos severamente limitados.

El texto recuerda que cuatro años después de los ataques sufridos por la comunidad, 120.000 rohingyas aún viven en campos de desplazados.

Ante este contexto, Zeid alertó de que el discurso de odio y de intolerancia religiosa proclamado por algunos grupos ultranacionalistas budistas pueda incrementarse y la violencia pueda volver a estallar.

Asimismo, el alto comisionado alertó que el patrón de violaciones a los que está sometida la comunidad puede considerarse como crímenes contra la humanidad.

“El nuevo Gobierno ha heredado una situación en la que las leyes y las políticas están diseñadas para denegar los derechos fundamentales de las minorías, y donde la impunidad impulsa nuevas violaciones hacia ellos”, afirmó Zeid en un comunicado.

El alto comisionado asumió que se necesitará tiempo, determinación y dinero para revertir esta situación pero urgió al nuevo Gobierno a que actúe con celeridad para evitar las actuales y futuras violaciones.