La ONU revisa la seguridad de algunos actos de la Cumbre del Clima de París

La secretaria general de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático (UNFCCC), Christiana Figueres, afirmó hoy que se está revisando la seguridad de algunos actos de la Cumbre del Clima de París por los recientes atentados.

En una rueda de prensa en Bonn (oeste de Alemania), Figueres afirmó que los actos oficiales de esta cita se celebrarán según lo planeado, pero que se está analizando si los que se preveía realizar al aire libre en la capital francesa pueden tener lugar en un contexto de seguridad reforzada.

“Si los actos de fuera se llevarán a cabo como estaba planeado o de otra forma, con una mayor seguridad, es algo que se está estudiando”, explicó Figueres.

La UNFCCC, agregó a este respecto, está en estrecho contacto con el Gobierno francés, encargado de la organización, para evaluar la situación de seguridad y tomar decisiones.

La secretaria general explicó que se espera una alta participación de “líderes mundiales” en la Cumbre del Clima de París, donde se aspira a cerrar un acuerdo internacional y vinculante para atajar el calentamiento global.

Con respecto al avance de los preparativos, Figueres aplaudió que ya se hayan presentado un total de 168 Planes de Acción Nacional contra el cambio climático, esto es, compromisos voluntarios de los países en cuanto a la reducción de gases contaminantes.

Estos anuncios suponen una “enorme reducción” con respecto a las emisiones mundiales previstas para 2100 si no se toman medidas en absoluto para atajar el cambio climático.

Ahora, la meta de mantener el calentamiento global por debajo de los dos grados centígrados de aumento con respecto a los valores preindustriales -el límite tolerable según los expertos- es alcanzable con estos planes, aunque habrá que hacer “más esfuerzos”.

“Mantenerse por debajo de los dos grados es muy posible” si se implementan completamente los planes anunciados, aseguró Figueres.

No obstante, abogó por ser más ambiciosos y detener la subida de las temperaturas en los 1,5 grados, la frontera que algunos países consideran “el máximo que pueden tolerar”.