O'Reilly pide medidas contra el populismo para evitar un punto de no retorno

Crear puestos de trabajo y recuperar la confianza de los ciudadanos son dos retos que la Unión Europea (UE) debe afrontar para parar la “ola de populismo” en Occidente, según la Defensora del Pueblo Europeo, Emily O'Reilly, quien alertó hoy en Madrid del “momento María Antonieta” que amenaza a la democracia.

“¿Será Italia la posible tercera ficha del dominó que podría derrocar el orden internacional”, se preguntó O'Reilly en un desayuno informativo organizado este miércoles por el Foro Nueva Economía en un hotel de la capital española, al que asistió también la Defensora del Pueblo Español, Soledad Becerril.

Se refería O'Reilly al interés con el que se sigue en Europa el referéndum del próximo 4 de diciembre en Italia sobre una reforma constitucional para agilizar el proceso parlamentario y que, según los últimos sondeos, perderá el primer ministro Matteo Renzi.

Ese referéndum se está mirando en clave europea tras el éxito del “brexit” en junio pasado en el Reino Unido y la reciente victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales en Estados Unidos, señaló O'Reilly, preocupada por la “ola de populismo” y el déficit de la UE ante la crisis de refugiados y por la que será juzgada “duramente”, dijo, por la Historia.

“Hemos visto con Trump que las creencias racistas y misóginas no han sido un impedimento para llegar a la Casa Blanca”, lamentó la Defensora del Pueblo Europeo, quien alertó de que esos “viejos fantasmas” que se han despertado en Estados Unidos “pueden llegar aquí también”, y por ello instó a “escuchar lo que nos dicen los ciudadanos antes de llegar a un punto de no retorno”.

Ese punto sería “el fin de la democracia liberal” si la “ola de populismo” favoreciese también a Marine Le Pen en las elecciones presidenciales francesas de mayo de 2017, afirmó O'Reilly, quien se preguntó, como apuntan algunos analistas, si estamos en “un momento María Antonieta (la última reina de Francia) de la elite liberal”.

España, desde hace años, está a la cabeza de los países cuyos ciudadanos, “muy concienciados”, más denuncias elevan hasta ella. Así, de las 261 causas que abrió en 2015, 27 venían de españoles, y otras 323 quejas más que no estaban entre sus competencias las reorientó a otras instancias. La mayoría estaban relacionadas con políticas sociales, sanitarias y los derechos de los consumidores (bancos, hipotecas).