El PP europeo confía en España para liderar el acercamiento de la UE a Cuba

El vicepresidente del PP europeo, Esteban González Pons, ha afirmado hoy que España debe tener un papel relevante en la transición a la democracia en Cuba y liderar al resto de países de la Unión Europea en su acercamiento hacia la isla.

En una entrevista en TVE, González Pons ha dicho que espera que, tras la muerte de Fidel Castro, Cuba se abra a la democracia en una transición “pacífica y lo más rápida posible” y ha defendido que sea el Rey Juan Carlos quien represente a España en los actos en memoria del líder cubano.

Ha subrayado que España envía a la más alta representación que tiene después del Rey Felipe VI y ha señalado el deseo de que Cuba transite a la democracia y “si algo encarna Juan Carlos es la transición”.

“Es un gesto simbólico que el Rey que hizo la transición vaya a Cuba”, ha remarcado González Pons, para quien la relación entre ambos países “hermanos” debería ser aún más intensa y “España debería todavía decir más de lo que ha dicho”.

Sobre el líder fallecido, ha recalcado que nadie se puede alegrar de la muerte de nadie, pero también que no hay que olvidar que Castro fue “un dictador que ha hecho mucho daño al pueblo cubano”.

El también portavoz del PP en el Parlamento Europeo ha apuntado las contradicciones en este sentido de algunos que se han “vestido de luto y cubierto de cenizas” por la muerte de “un dictador del siglo XX” y ha lamentado que la política española se haya convertido en un “espectáculo”.

“Los políticos se están convirtiendo más en famosos que en ejecutores de la voluntad de los ciudadanos o transformadores de la sociedad”, ha criticado y ha señalado que las posturas de todos los partidos en España están “exageradas” y “un poco teatralizadas”.

En este sentido, ha hablado de su “amiga” Rita Barberá, cuya muerte “interpela a todos un poco” y “obliga a reflexionar sobre la presunción de la inocencia”.

“La política en España se ha vuelto muy agresiva y poco dialogante”, ha dicho y ha denunciado los juicios paralelos que al final se transforman en condena, porque “hay más casos como el de Rita Barberá, aunque menos famosos”.