Un consultor externo del PSOE achaca la destitución de Gómez a una estrategia de Sánchez para mostrar autoridad

El consultor externo de comunicación del PSOE Luis Arroyo ha defendido que la destitución del secretario regional de Madrid, Tomás Gómez, es una decisión del líder socialista, Pedro Sánchez, que se corresponde con una estrategia de mostrar y trasmitir “autoridad” al electorado.

En un desayuno con periodistas organizado por el Centro de Innovación del Sector Público PwC-IE Business School, ha explicado que la decisión de Sánchez estaba perfectamente “planificada”: “El PSOE en este momento se dirime entre la necesidad de mostrar autoridad y que es un partido de Gobierno con decisiones de Gobierno (...) y esa historia ya más amortizada de democracia interna”, ha afirmado.

Según el exasesor de comunicación de José Luis Rodríguez Zapatero, este “golpe de mano” que ha dado el jefe de la oposición forma parte de la tercera fase del “relato” que el PSOE quiere contar desde que Sánchez está al frente de la formación. Dicha fase comenzó en enero y su estrategia gira en torno a la idea de gobernar.

Desde que Sánchez se hizo con la Secretaría General del PSOE, en primer lugar el partido apostó por trasladar una imagen de “limpieza radical” contra la corrupción al “coste que sea”. La segunda fase de la estrategia comunicativa se basaba en hacer “calle, calle y calle” y, para ello, “quitarse la corbata” para acercarse a la gente, ha expresado Arroyo, que también asesoró a Sánchez durante la campaña de las primarias.

La tercera parte, iniciada tras las Navidades, tiene que ver con “mantener la autoridad”, con “la política de Estado, con los gobernantes, con ponerse la corbata metafóricamente”, ha defendido Arroyo. Asimismo, ha señalado que dentro de esta estrategia, además de la destitución de Gómez, se enmarca el pacto antiyihadista que el líder del PSOE ha firmado recientemente con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, así como su viaje a Washington y el que hoy ha emprendido hacia Bruselas.

Todo ello, ha dicho, persigue el objetivo de “contar la historia” acerca de que la “alternativa razonable” y “la de siempre”, “la que garantiza una posición realista y optimista” es el PSOE y no Podemos.

EL APOYO DE LOS 'BARONES ES DETERMINANTE

En su opinión, hay que esperar y ver cómo se desarrolla todo este asunto y, en este sentido, ve determinante la reacción de los 'barones' que son “los que deciden sobre la estabilidad” del secretario general. Asimismo, considera que si le apoyan y se decantan hacia él no está “nada claro” que al líder del PSOE “le salga mal la jugada”.

“Depende de si hoy salen tres barones diciendo que hay que entender la decisión porque Madrid es una plaza muy importante, que es una decisión dolorosa pero necesaria o de si salen en contra”, ha manifestado preguntado al respecto, añadiendo si no le apoyan lo 'barones' puede generarse un gran enfrentamiento interno.

En cualquier caso, ha señalado que el “problema” de Gómez es que “no levanta un punto en las encuestas” y que los madrileños no sienten “cariño” por él. No obstante, Arroyo ha recordado que el líder regional ganó las primarias que le han dado el liderazgo en la comunidad y ha insistido en que Gómez “mantiene el PSOE en Madrid mejor que otras Federaciones”.

“JUGADA DE PROFESIONAL”

No obstante, ha recalcado que tras su destitución puede aparecer un candidato socialista para la Comunidad de Madrid que sea del agrado de la gente aunque ha advertido de que la “jugada” de Sánchez es “de profesional” ya que se enfrenta con “otro jugador acostumbrado a pelear”, en alusión a Gómez.

Arroyo, que ha eludido valorar si la suspensión de la Ejecutiva madrileña es acertada o no, cree que los Estatutos del partido prevén “perfectamente” la imposición de una gestora si se dan las condiciones para ello, aunque sostiene que “la gente no entra” en la legalidad o no de la destitución: “Sólo ve a un líder intentado poner orden en su partido y a otro líder regional protestando”, ha manifestado.

Tras la polémica surgida en el PSOE, el consultor externo ha subrayado que los ciudadanos únicamente aprecian la “división” interna que “de momento” existe en el partido división.