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El PSOE se prepara para dejar gobernar a Mariano Rajoy

Javier Fernández junto a los portavoces en el Congreso y el Senado, Antonio Hernando y Tini Areces

Irene Castro

El PSOE da por hecho que Mariano Rajoy gobernará a finales de octubre. Tanto los partidarios de la abstención en la investidura como los defensores de mantener el no reconocen que la primera opción se impondrá en el Comité Federal en el que los socialistas están llamados a fijar la “posición política” en la investidura.

El partido sigue dividido, aunque hay dirigentes –el último el alcalde de Móstoles y senador, David Lucas– que han cambiado de “bando”. Las voces favorables a evitar terceras elecciones se han impuesto en las discusiones internas del PSOE. “Me sorprende mucho que ahora todos llevan defendiendo la abstención desde julio –ironizan miembros de la dirección de Pedro Sánchez–. No se debatió porque no había con quién”.

Además, los dirigentes que se mantuvieron leales al exsecretario general admiten en su mayoría que se abstendrán si así lo ordena el Comité Federal. César Luena, Patxi López, Adriana Lastra o Rafael Simancas ya han admitido que cumplirán la disciplina de voto. “Todos debemos cumplir lo que el partido decide, claro”, ha admitido Luena, exsecretario de Organización.

Los dirigentes próximos a la gestora creen que no habrá una ruptura relevante de la disciplina de voto y que finalmente solo el PSC –que es otro partido a efectos del reglamento del grupo parlamentario– y unos pocos diputados, como Odón Elorza, Margarita Robles o Susana Sumelzo, mantendrán el voto negativo.

El PSOE ha sido un hervidero de conversaciones para tantear el terreno desde la caída de Sánchez. Los distintos sectores socialistas echan números. En la gestora dan por segura la abstención. Según Europa Press, calculan que lograrán una ventaja de cuarenta votos el próximo domingo. El sector partidario de abstenerse venció frente a Sánchez con 132 votos frente a 107.

También los partidarios de mantener el rechazo a Rajoy dan por perdida esa votación. “Ya no partimos de 107”, expresa un dirigente próximo a Sánchez. En esta ocasión no votarán la mayoría de integrantes de la Ejecutiva. Con su dimisión, perdieron el puesto en el Comité Federal. No obstante, Luena lo mantiene por ser secretario general de La Rioja, al igual que la cántabra Eva Díaz Tezanos.

El propio Sánchez podría acudir por su condición de exsecretario general, aunque no es habitual que estos acudan a las reuniones de ese órgano. También defenderán el no los integrantes de Izquierda Socialista, encabezados por José Antonio Pérez Tapias, que abandonaron la última reunión después de que Ferraz colocara una urna y comenzara una votación “anómala”.

“Se sabrá qué vota cada uno”

En esta ocasión, la gestora prevé que la votación sea a mano alzada. Según varios miembros de ese órgano, así se lo ha comunicado en la reunión de este martes el responsable de organización, Mario Jiménez. “Se va a saber qué vota cada uno –celebra un dirigente partidario del no–. Será interesante ver por qué abogan Susana Díaz, Ximo Puig o Emiliano García-Page”.

Tendrán que retratarse. Lo que preocupa a quienes defenderán la abstención es el enfado que esa decisión puede provocar en los militantes, que serán los que tarde o temprano votarán al próximo líder del PSOE. “No tiene sentido que los que tomen la decisión se oculten y los que votamos en el Congreso demos la cara”, reflexiona un diputado defensor del no. La gestora ha rechazado la propuesta de los miembros de La Rioja y Baleares de realizar una consulta a la militancia el sábado 22 de octubre.

Lo que también ha tranquilizado al nuevo sector crítico es que la convocatoria del Comité Federal recoja un “orden del día claro, sin subterfugios”. El temor era que la pregunta que se votara se redujera a evitar elecciones sí o no. Sin embargo, fuentes socialistas consideran que el enunciado no deja margen a la duda: habrá que posicionarse sobre mantener el no o abstenerse.

El argumentario que mantiene la gestora en su trabajo de “pedagogía” para defender la abstención es que no es “apoyar a Rajoy”, sino permitir que el gobierno eche a andar. La idea que se maneja en las filas socialistas es dejar gobernar, pero hacer oposición, es decir, oponerse a los presupuestos, que tendrán que contener recortes por las órdenes de Bruselas, y a otras medidas, como el techo de gasto. Pretenden evitar la “legislatura del chantaje” a la que se refirió Sánchez en su defensa del no y que sea el PNV el que las saque adelante a cambio de inversiones para Euskadi.

También consideran que los ciudadanos acabarán premiando al PSOE si logra sacar adelante algunas medidas, como un pacto educativo que acabe con la LOMCE. “De la necesidad hagamos virtud”, comenta una diputada que aboga por la abstención sobre la posibilidad de llegar a acuerdos en los que da por hecho que los socialistas tendrán que ceder pero que obliguen al PP a hacerlo también. “Puede darse el caso de que la primera medida de Rajoy en 2011 fuera congelar el salario mínimo y ahora tenga que ser subirlo”, señala a modo de ejemplo.

Sin embargo, el temor que existe en algunos sectores del socialismo es que la sociedad castigue aún más al PSOE en las urnas, mientras Podemos se instala como la oposición de izquierdas, y advierten de que unos nuevos comicios podrían producirse en pocos meses si se produce un bloqueo: “Al permitir que gobiernen le damos el mayor poder, que es convocar elecciones”.

¿Y no puede reforzarse el PSOE en los próximos meses? “No nos hemos rearmado desde las medidas de Zapatero, ¿nos vamos a rearmar después de esto?”, dice uno de los dirigentes pesimistas.

Los partidarios de Susana Díaz aseguran que dará el salto a la Secretaría General y que resucitará electoralmente al PSOE. Otros dirigentes socialistas buscan una tercera vía: “Pedro Sánchez y Susana Díaz han causado esta situación. No pueden ser la solución”, reconocen.

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