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Pedro Sánchez vislumbra intentar formar Gobierno si Rajoy fracasa

Pedro Sánchez en un momento de su comparecencia tras reunirse con Mariano Rajoy

Irene Castro

Pedro Sánchez ha resuelto pocas dudas en su primera comparecencia con preguntas de los periodistas desde el 26J. El líder del PSOE se reunió durante una hora y veinte minutos con Mariano Rajoy para trasladarle que sus diputados votarán en contra de su investidura. Era la confirmación de un “no” anunciado, pero que contaba con matices de los dirigentes territoriales. La abstención de Ciudadanos da aire a la dirección del PSOE mientras que limita el margen de maniobra del PP. En esa tesitura, que permite pensar más en terceras elecciones que en gobernabilidad, Sánchez no cierra ninguna puerta y evita renunciar a presentarse si Rajoy fracasa. 

“Vamos a hacer lo posible por que haya Gobierno en España y para evitar terceras elecciones”, ha sentenciado Sánchez durante su rueda de prensa en la que solo ha admitido las preguntas de seis periodistas. Partiendo de que el PSOE solo ofrece el “no” a Rajoy, queda la duda de cómo pretende cumplir con la afirmación de Sánchez. En su entorno no la disipan y trasladan toda la presión a Génova.

Sin embargo, Sánchez se ha mostrado ambiguo ante la posibilidad de explorar de nuevo un acuerdo que le coloque en Moncloa y ha contestado con evasivas a la pregunta concreta de si descarta intentarlo: “El PSOE siempre estará en la solución. Los tiempos en democracia hay que respetarlos”. 

Fuentes próximas al secretario general lanzan balones fuera. Sobre qué va a hacer para que haya Gobierno, dicen que no van a criticar que Rajoy se reúna con los independentistas mientras que el PP sí reprochó a Sánchez que hablara con ERC y Convergència. De hecho, esas fuentes consideran que si los conservadores no hubieran salido en tromba contra el posible acuerdo con los independentistas, los barones del PSOE no habrían puesto condiciones tan taxativas al secretario general en su intento de formar Gobierno. 

En Ferraz eluden responder si Sánchez intentará formar Gobierno en caso de que Rajoy fracase: “Si Rajoy fracasa, el PP tiene un papelón porque será la fuerza más votada pero con un candidato que es como un imán que repele cualquier alianza”, es la contestación de la portavoz autorizada del líder socialista. “Es lo que tenía que hacer -señalan fuentes próximas a un barón-. Se lo tiene que poner difícil al PP”, agregan esas fuentes que rechazan, no obstante, que se pudiera llevar a cabo el intento: “Hay cosas que eran imposibles en diciembre y que ahora son esperpénticas”. 

Un argumento que tiene Ferraz es que la resolución del Comité Federal en el que se fijó la hoja de ruta para la investidura tras el 20D “sigue vigente”. En la última reunión de ese órgano interno no se dejó por escrito la postura de los socialistas esgrimiendo esa razón. Ese texto establecía el “no a Rajoy y al PP” y también las condiciones para un  Gobierno de cambio. Algunos barones socialistas quisieron que este sábado se actualizara la posición con una nueva resolución, pero no se hizo. 

Temor a que Sánchez lo intente

“Esos debates que se han abierto de que podemos formar Gobierno pueden convertirse en pesadilla. Eso debería salir claro de aquí”, advirtió en esa línea Susana Díaz en el Comité Federal. Así se pronunciaron cinco de los seis presidentes autonómicos socialistas, que rechazan absolutamente la posibilidad de que Sánchez dé un paso al frente. “Pedro Sánchez no puede ni intentar ser presidente”, dijo tras los comicios Guillermo Fernández Vara. Ximo Puig aseguró que “el sentir mayoritario del PSOE y del secretario general” es quedarse en la oposición. “Con 85 escaños no se gobierna nada, se dimite”, coincidieron varios exdirigentes consultados por eldiario.es.

Incluso miembros de la dirección han reconocido la complejidad que tendría de salir adelante ese Gobierno que, siguiendo las normas que le impusieron los barones en esa resolución, solo podría sustentarse en Podemos -si renunciaba al referéndum en Cataluña- y Ciudadanos. “Se vetan mutuamente”, reconoció Antonio Hernando. “Sería tropezar dos veces con la misma piedra”, admitió Óscar López. 

En el sector más crítico con Sánchez temen que lo intente ahora con Podemos y las fuerzas independentistas. Esa era la principal línea roja para el PSOE. No obstante, la presidenta balear, Francina Armengol, la más afín al secretario general, le allanó el camino al tiempo que se erigía en la primera defensora de que Sánchez intentara gobernar. Armengol defendió que si Rajoy puede negociar con Convergència, el PSOE también debería poder estar legitimado a hacerlo. 

Alivio por la abstención de Ciudadanos

La unanimidad en el “no” a Rajoy si solo tiene 137 escaños se mantiene en el PSOE. Sin embargo, las discrepancias continúan respecto al escenario en el que el PP logre sumar más apoyos y Rajoy se presente a la investidura con el respaldo de otras fuerzas. “Si Rajoy se presenta con 170 escaños, el PSOE lo tiene muy complicado”, confiesa un diputado.

En Ferraz respiran con alivio desde que Ciudadanos ha anunciado que solo se abstendrá en la investidura porque consideran que rebaja la presión que planea sobre los socialistas. Fuentes socialistas aducen que no es lo mismo bloquear un Gobierno que se queda a seis de la mayoría absoluto que a un partido que se queda aislado.  

No obstante, durante la campaña, el PSOE defendió que todas las fuerzas debían dejar gobernar a la que más escaños aglutinara. Con es escenario actual, el que cumple esa premisa es el PP, por mucho que sea en solitario. Los conservadores superan en veinte la suma de PSOE y Ciudadanos. En Ferraz no dicen nada sobre ese argumento que usaron cuando pensaban que la correlación de fuerzas iba a ser distinta.

Pero el mismo argumento de permitir que gobierne quien más apoyos recabe permite pensar a dirigentes socialistas que Sánchez pueda intentarlo. “No es descartable. Es incontrolable”, reconoce un diputado socialista justo en el día en el que Sánchez cumple dos años al frente del PSOE, un puesto al que llegó tras imponerse en número de votos de los militantes y con el respaldo de Susana Díaz, que se convirtió meses después en su principal rival interna. 

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