Podemos consuma el triunfo 'pablista' al renovar la dirección de su fundación

Podemos ha consumado el cambio de ciclo que han supuesto el triunfo del equipo y las tesis de Pablo Iglesias en Vistalegre II trasladándolo a la renovación de la nueva dirección del Instituto 25M, la Fundación de la formación, controlada hasta ahora por los 'errejonistas'.

Cumplido el mandato de dos años que marcan los estatutos de la formación, la dirección de la Fundación Instituto 25M se ha renovado, aunque existía la posibilidad de prolongarla durante otros dos.

El exresponsable de Cultura Jorge Lago, que concurrió en Vistalegre en la lista del exnúmero 2 Íñigo Errejón, deja así de ser el presidente-director de la fundación, cargos que según han explicado hoy en un desayuno informativo los nuevos responsables, ahora se separan.

Pablo Iglesias es el nuevo presidente del Instituto 25M, mientras que el filósofo y sociólogo Federico Severino (hasta ahora miembro del equipo de Sociedad Civil que dirige Rafael Mayoral) ha sido nombrado nuevo director.

Severino se ha mostrado ilusionado con su nueva tarea, en la que ha asegurado que no se va a “desperdiciar ni un solo gramo de talento” político del partido.

El patronato anterior tenía ocho miembros, la mayoría errejonistas, como Jorge Lago, Germán Cano y los diputados Segundo González, Eduardo Maura y Auxiliadora Honorato; aunque también eran patronos dos destacados 'pablistas': Rafael Mayoral y la responsable de producción del partido, Belén Guerra.

Precisamente, Guerra es la única de ese equipo que permanece como patrona tras la modificación aprobada en los estatutos para que el Patronato del Instituto 25M amplíe sus miembros a un máximo de 16.

En concreto, cuenta ahora con 11 patronos; además de Guerra, dirigentes del partido como Ione Belarra, Vincenç Navarro, Manolo Monereo y Jesús Montero, miembros del equipo 'pablista' elegido en la asamblea ciudadana de Vistalegre, a quienes se unen como patronos otras personas del equipo de Iglesias como Ana Domínguez, Ana Castaño y Francis Gil.

Figuran también como patronos el exmiembro del PSUC Orencio Osuna y el anticapitalista Manuel Gari, y sólo hay una persona considerada cercana al 'errejonismo', Jessica Albiach, también miembro de la dirección estatal.

Belén Guerra tendrá además un papel destacado en la nueva etapa, ya que el “reto” que se han fijado es pasar de una labor únicamente de programación o presentación a un trabajo de “producción” de proyectos “inéditos” en cualquier tipo de formato, y que también provenga de gente de fuera de Podemos.

En su plan de actuación para este año han marcado la fecha del segundo fin de semana de julio para celebrar la universidad de verano de Podemos en Cádiz.

Además, en esta nueva etapa darán también protagonismo a “la trama”, concepto con el que Podemos se refiere a los vínculos entre poder político, empresarios y cúpula judicial; y al feminismo como un “espacio de especial relevancia”.

No hay de momento planes para aumentar en breve plazo el número de sedes, llamadas 'Moradas', por lo que se mantendrán las tres que tienen en Madrid, Bilbao y Valencia hasta que logren “repensar” la organización de estos espacios.

El pasado año el Instituto 25M manejó un presupuesto de casi 400.00 euros, sumando subvenciones, donaciones, merchandising, además de ingresos por otro tipo de actividades en las Moradas.

Un presupuesto que, según Severino, intentarán ampliar buscando también otro tipo de subvenciones a través de la Secretaría de Estado de Cooperación y abriendo sus tareas a América Latina, no sólo en España y en Europa.

Buscarán además la descentralización con actividades en distintos puntos de la geografía y poniendo el énfasis en la “diversidad” lingüística y la plurinacionalidad.

Además de las universidades, la formación de cargos públicos, y la apertura a espacios e interlocutores “que se encuentren fuera y dentro del contexto de Podemos”, el Instituto 25M fija otra de sus prioridades en la “sostenibilidad y la transparencia”.

Por ello, buscarán “aumentar y diversificar las fuentes de ingreso”, siempre con la obligación de “rendición de cuentas” a los inscritos.