La Policía arresta a unos veinte miembros de un partido árabe por un presunto fraude

La Policía israelí realizó hoy una redada en las oficinas de uno de los tres partidos que componen la Lista Común, la coalición de partidos que representa a la minoría árabe del país, por presunto fraude y falsificación de documentos a la hora de recaudar donaciones.

En la redada han sido arrestados para ser interrogados una veintena de líderes políticos, auditores y abogados del llamado Pacto Democrático Árabe (Balad, por sus siglas en hebreo), formación de izquierdas particularmente crítica con las políticas del Estado de Israel hacia los palestinos y la minoría árabe.

“Según las sospechas los involucrados actuaron coordinados para recoger fondos y ocultar su origen, cometiendo una serie de delitos”, reza el comunicado, que menciona entre otros los de “fraude, registro ilícito de documentación corporativa, falsificación y uso de documentación falsa”.

También incluye la investigación la posibilidad de “lavado de dinero, violación de la ley de financiación de partidos y de la de municipios y gobiernos locales”.

La investigación comenzó hace ya tiempo por orden del anterior asesor jurídico del Gobierno israelí Yehuda Weinstein, máxima autoridad fiscal del país, a raíz de un informe previo del supervisor de Administración Pública en el que se alertaba de financiación ilícita y donaciones ilegales.

La redada tuvo lugar en varias sedes, oficinas privadas y residencias por todo el país y se ha requisado documentación que pueda probar o desmentir la existencia de “un mecanismo sistemático para ocultar el origen de millones de shékels que entraron en las cuentas del partido y sirvieron para financiar sus actividades mediante fraude a las autoridades y el supervisor del Estado”.

El comunicado policial no revela el origen del dinero, pero indica que se trata de financiación extranjera luego atribuida presumiblemente a donantes locales.

El Balad es uno de los tres partidos que representa a los alrededor de 1,6 millones de habitantes árabes del país, en su mayoría de origen palestino.

La formación lleva años en el ojo de la tormenta por la huida del país en 2007 de su máximo dirigente, Azmi Bishara, tras ser acusado de traición y espionaje, sospechas que él atribuyó a una persecución de los servicios de seguridad del país por su condición de árabe.

Un argumento al que también suele recurrir la otra diputada más conocida del partido, Hanín Zoabi, que en 2010 participó en la Flotilla de la Libertad que se dirigía a Gaza para romper el bloqueo israelí y que suele presentar airadas condenas de Israel en foros locales e internacionales.

“Es una peligrosa escalada de la persecución política de la minoría árabe en general y de sus partidos políticos en particular”, dice un comunicado de la formación difundido poco después de la redada, que la atribuye a la voluntad de las autoridades de “silenciar” al partido.

La nota argumenta que la investigación judicial es “una cortina humo sobre la verdadera intención de silenciar al Balad, y perjudicar sus actividades y su función política como punta de lanza en la lucha contra la opresión, la discriminación y la negación de derechos” de la minoría árabe.