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Rajoy trata de que Castilla-La Mancha y Extremadura no vuelvan a manos del PSOE

María Dolores de Cospedal y Mariano Rajoy junto al alcalde de Talavera de la Reina.

Luz Sanchis

Fueron los dos primeras autonomías conquistadas para Mariano Rajoy en 2011 y los laboratorios donde se ensayaron las políticas del PP después de decenios socialistas. Ahora son las dos con peligro real de perder solo cuatro años después. Ante el desplome asumido en la Comunidad Valenciana, el líder del PP se la juega en Castilla-La Mancha y Extremadura. El presidente del Gobierno lo resumió así: “No es lo mismo que gobierne uno a que lo haga otro”.

Castilla-La Mancha es el territorio en el que su secretaria general practicó con entusiasmo los recortes para reducir el déficit y donde puede perder la mayoría absoluta a pesar de haber reformado la ley electoral para tratar de evitarlo. Extremadura ha sido un anticipo de los gobiernos en minoría que auguran las encuestas tras el 24 de mayo. Si gracias a la abstención de IU, Monago pudo gobernar, la posible muleta está ahora en manos de Podemos y Ciudadanos.

Los pronósticos del último CIS pasaban por los pactos tanto para María Dolores de Cospedal como para José Antonio Monago. La presidenta castellanomanchega oscilaba entre los 14 y los 15 escaños, uno o dos más de los que obtendría el PSOE. La irrupción de Podemos, con dos, y de Ciudadanos, con tres o cuatro dificulta el panorama y permite los pactos por ambos bandos.

El extremeño, conocido como el “barón rojo” del PP, ve cómo Guillermo Fernández Vara le adelanta con una predicción de 26-28 escaños y Podemos puede estrenarse con ocho. El pacto lo da por descontado y por eso acusó a Vara de tener “el acuerdo cerrado” y dijo que entre PSOE y Podemos no hay críticas sino “susurros, caricias y palabras dulces”. El candidato socialista contaba pocas horas después con el apoyo de José Luis Rodríguez Zapatero en su mitin en Plasencia.

Para tratar de no perder ambas plazas, Rajoy se volcó por la mañana en la tierra de Monago, con paseo a pleno sol, contínuos selfies con simpatizantes y comida-mitin antes de repetir por la tarde en Talavera de la Reina para arropar a Cospedal.

Si por la mañana los ataques tuvieron como objetivo el partido de Pablo Iglesias, en el territorio de Cospedal se apuntó más a Albert Rivera que a Emiliano García-Page al que el CIS sitúa dos décimas por delante en porcentaje de voto y apunta a los . El PP cree haber visto un filón en las palabras de Rivera sobre que los nacidos en democracia son quienes deben liderar el cambio politico. Cospedal se lanzó al ataque y retorció el sentido hasta preguntar al auditorio si el líder de Ciudadanos “va a tirar a la basura a los que tengan más de 35 años” y cómo afectara a las pensiones. “Qué barbaridad! ¡Qué peligroso!”, se exclamó

Rajoy agitó el miedo a que vuelva el PSOE “a fastidiarlo otra vez” con recetas que “estuvieron a punto de provocar la quiebra” y volvió a ridiculizar a Ciudadanos al recordar que gobernar “es más difícil que intervenir en una tertulia”.

El agradecimiento de Rajoy a Cospedal por los servicios prestados tanto en su tierra como en la sede de Génova se tradujo este martes en elogios a su “coraje” y se volverá a repetir al final de la campaña. Aunque se da por descontado que abandonará su cargo de secretaria general en un futuro cercano, el apoyo de Rajoy para que repita como presidenta es completo.

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