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Al Rocío por Doñana, una peregrinación por “el paraíso en la tierra”

Al Rocío por Doñana, una peregrinación por "el paraíso en la tierra"

EFE

Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) —

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La peregrinación hacia El Rocío es, además de sacrificio, un privilegio para los casi 9.000 devotos que, en su camino desde Cádiz a Almonte, atraviesan durante tres días y dos noches Doñana, un recorrido “mágico” y “único” que describen como disfrutar de “un paraíso en la tierra”.

Once hermandades de distintos puntos de la provincia de Cádiz emprenden hoy y mañana este recorrido, uno de los más antiguos hacia la aldea de El Rocío, atravesando en barcazas con sus caballos, mulas, carretas y vehículos la desembocadura del río Guadalquivir, en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).

Una travesía que, dependiendo de la marea, puede alcanzar los 800 metros, y con la que se adentran en el Espacio Natural de Doñana para recorrer 83 kilómetros hasta alcanzar el enclave de Manecorro, a unos quinientos metros ya de Almonte.

El recorrido, prohibido el resto del año, lo emprenden hoy las hermandades de La Línea, Chiclana de la Frontera, San Fernando, Arcos de la Frontera, Rota, Puerto Real y Cádiz, y mañana las de Jerez, Chipiona, Sanlúcar de Barrameda y la asociación rociera de Guadalcacín.

Siete barcazas, dos de ellas de la Armada, se ocupan del paso desde la playa de Bajo Guía -a un lado de la desembocadura del Guadalquivir- hasta la de Punta Malandar, al otro lado del río, y ya en el Parque Nacional de Doñana.

Este año se espera que hagan este recorrido entre 8.500 y 9.000 personas y que las cifras se emparejen con la del año pasado, cuando lo disfrutaron 9.383 romeros, 78 carretas, 941 caballos, 626 vehículos ligeros y 189 vehículos pesados.

Más de un millar de efectivos, 252 de ellos voluntarios, integran el dispositivo que acompaña este tránsito y en el que participan trabajadores del Plan Infoca, del Parque Nacional de Doñana, de la Guardia Civil, la Policía Nacional y Policía Adscrita a la Junta de Andalucía, así como de Armada española, Capitanía Marítima, Policía Municipal, Bomberos, Protección Civil y del Servicio Andaluz de Salud, preparado para las dificultades de atender allí cualquier emergencia.

Las hermandades hacen este cruce provistas de todo lo necesario para ser autosuficientes estos días en los que atravesarán paisajes “espectaculares” de pinares, dunas y marismas y dormirán en tiendas de campaña, en las carretas o en los vehículos.

“Es un privilegio, no hay camino más bonito para llegar al Rocío”, asegura Eusebio Acosta, de la hermandad de Sanlúcar de Barrameda, una agrupación que ha hecho este camino desde su fundación, hace 352 años.

Los romeros cuidan al máximo los parajes por los que transitan para asegurarse de que Doñana seguirá abriéndose excepcionalmente a su peregrinaje.

En el camino circulan, muchos a pie porque cumplen promesas, por pinares, cerros, dunas y marismas haciendo frente al calor y a la arena, sin que, gracias a los grupos eléctricos que llevan, les falte bebida fresca ni comida con la que guisar desde un cocido de berza a una fideua.

“Cada peregrino pone unos 250 euros y con eso hacemos una compra común”, explica a Efe Momo Valle, hermano mayor de la cofradía de La Línea, que asegura que en Doñana se consigue vivir momentos especiales de “paz, silencio y soledad” que han llegado, asegura, a despertar vocaciones religiosas.

“Como dijo Antonio Gala El Rocío es como el amor, inexplicable, hay que vivirlo para conocerlo”, dice este hermano mayor.

Pero no todo es silencio porque en este camino, que cada día comienza con una misa matinal a las ocho, se suceden a lo largo de la jornada rezos de rosarios, ángelus y salves de cada hermandad y cada quien reza cantando cuando le apetece.

Desde hace años por las noches, en las acampadas, se ha sustituido el fuego por una multitud de velas que encienden delante de los simpecados, para que los romeros disfruten de unas veladas en las que no les falta baile y cante.

“Para nosotros la peregrinación es primero de todo intentar ser felices”, explica este hermano mayor que asegura que, para ellos, “el año comienza aquí. Cuando nos llega el calendario de un año nuevo lo primero que hacemos es ver cuando cae El Rocío para pedir vacaciones en el trabajo y organizarlo todo” y repetir este tránsito privilegiado por “el paraíso terrenal” de Doñana.

Isabel Laguna

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