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“Saliendo de la Estación de Atocha”, la burla sobre la creación de Ben Lerner

"Saliendo de la Estación de Atocha", la burla sobre la creación de Ben Lerner

EFE

Madrid —

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Avalada por el éxito en Estados Unidos y con la bendición Paul Auster o Jonathan Franzen, desembarca en España la novela del poeta Ben Lerner “Saliendo de la estación de Atocha”, una visión desmitificadora de la creación, un juego literario con Cervantes, Lorca y Madrid como telón de fondo.

“Saliendo de la estación de Atocha” es la primera novela del Ben Lerner (Kansas, 1979), una especie de actualización de “La tesis de Nancy”, de Ramón J. Sender, pero en el siglo XXI, cuando la modernidad está ya instalada en España, algunos años antes de la crisis actual, y con la estación Atocha, la plaza de Santa Ana o el barrio de Chueca como protagonistas.

Y en el Madrid que está a punto de vivir un episodio de los más tristes de su historia: los atentados del 11-M en la estación de Atocha.

Lerner, que está estos días en España para presentar su novela, estuvo hace años en Madrid con una beca para estudiar la Guerra Civil, las consecuencias de esta contienda y sus escritores, como el protagonista de su novela, aunque a diferencia de éste el autor explica a Efe que él sí estudiaba.

Y es que Ben Lerner narra en “Saliendo de la estación de Atocha”, publicada en España y América Latina por Mondadori, la historia de Adan, un joven norteamericano que tiene una estupenda beca para llevar a cabo algo tan ambiguo como “un proyecto poético”.

Una excusa que le sirve al narrador para reflexionar, sin tapujos, sobre la creación, la poesía, la identidad, al tiempo que desmitifica la seriedad y la pompa que rodean las estructuras culturales establecidas.

“Siempre me ha interesado mucho España, su idioma, su cultura y el tema de la Guerra Civil. A partir de la experiencia que yo tuve, he forjado un personaje, un antihéroe que en su vida no tuviera nada claro, que dudase de su verdadera vocación y de si podría ser un escritor o no”, añade el autor.

Un protagonista que duda, vacila, miente, se burla de todo y se droga, en algunos casos para estar más cerca de la realidad, y que que busca de manera esforzada “echar un ancla donde pueda para asentarse y que pueda florecer su compromiso con la poesía”, dice el escritor.

Precisamente, la droga le sirve al narrador para jugar con las idas y venidas del protagonista entre la realidad y la ficción, entre el sueño y la vigilia.

Esta es una novela por donde pasan muchos escritores, porque también es un texto de formación y, entre ellos, camina Cervantes, Lorca, Machado o Juan Ramón Jiménez.

“La novela española ha tenido gran influencia en mí y en todo el mundo, tanto como la poesía -argumenta-. Borges dijo que todas las novelas son variaciones del Quijote, y esta novela también trata de las desventuras de un personaje que intenta saber dónde está la línea que separa la fantasía de la realidad”.

Escrita en clave de comedia y burla satírica, además la novela propone un recorrido por el arte y la creación contemporánea. Una mirada, por ejemplo, por el Museo del Prado. Hablan también sus páginas de cómo estas propuestas artísticas calan en el protagonista.

“La experiencia que le aporta el arte es fundamental para Adán, porque es una forma de calmar esa ansiedad creativa que tiene y que da la clave al lector de que, aunque al principio de burla de todo y no le gusta ningún poema, su único propósito es ser una persona seria en el arte”, sostiene Lerner.

“Saliendo de la estación de Atocha” ha cosechado una interminable lista de premios, entre otros, The Believer Book Award 2012, y está entre los libros más vendidos del año en Estados Unidos.

Para Jonathan Franzen se trata de una obra “hilarante y endiabladamente inteligente, una novela llena de vida”, mientras que para Paul Auster es “absolutamente entrañable”.

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