S. Santamaría promete diálogo, empatía e imaginación para acortar distancias

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha asumido hoy la cartera de Administraciones Territoriales consciente de que debe promover el diálogo parlamentario y el territorial, con empatía e imaginación, y con el propósito de acortar las distancias y fortalecer los vínculos.

Ha sido durante el acto de traspaso de carteras con el ministro de Hacienda y Función Pública, Cristóbal Montoro, que había dirigido también el área territorial, del que ahora se ocupa Sáenz de Santamaría como ministra de la Presidencia y para las Administraciones Territoriales.

Un acto al que han asistido los ministros de Defensa, María Dolores de Cospedal; Justicia, Rafael Catalá; Interior, Juan Ignacio Zoido; Empleo, Fátima Báñez; Agricultura, Isabel Tejerina; Sanidad, Dolors Montserrat, y Energía, Álvaro Nadal, así como los presidentes del Congreso, Ana Pastor, y del Senado, Pío García Escudero, altos cargos del Gobierno y del PP, entre ellos los vicesecretarios Javier Arenas y Pablo Casado.

Sáenz de Santamaría ha asumido sus nuevas responsabilidades reconociendo que el suyo es el ministerio del diálogo en dos vertientes: del diálogo parlamentario y el diálogo territorial. “Vamos a tener que hablar, y mucho, esta legislatura”, ha subrayado.

También ha dado unos breves apuntes del trabajo que afrontará en esta nueva etapa, a la que ha prometido aportar esfuerzo, empatía e imaginación.

Además, ha señalado que todos los ministros tienen un método de trabajo marcado por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que es el diálogo y la búsqueda del consenso. “Y yo tengo el objetivo de tratar de acortar las distancias que nos puedan alejar y de fortalecer todos los vínculos que nos puedan seguir uniendo”, ha añadido.

En su opinión, ésta tiene que ser una legislatura “muy colaborativa” y practicar esa colaboración “en todos los extremos”, desde el Congreso y el Senado, hasta el resto de administraciones públicas. “Eso es lo que quieren los españoles -ha apostillado-, que nos pongamos de acuerdo para que, entre todos, sepamos decidir lo que a todos les puede servir en esa búsqueda del interés general”.

“Todos, todos, somos Estado”, ha enfatizado desde la seguridad de que lo son las Cortes Generales, el Gobierno, los poderes, las comunidades, los ayuntamientos, las diputaciones e incluso las pequeñas pedanías, y de que todos son competentes y tienen su “parte alícuota de responsabilidad” a la hora de defender lo que consideran que es mejor para los intereses del Estado.

Por eso, la vicepresidenta ha insistido en que todos tienen “una responsabilidad en ese diálogo y en ese consenso” para aproximar los diferentes puntos de vista ideológicos, políticos o territoriales.

Desde la responsabilidad que a ella le corresponde ha reiterado su disposición a dialogar y a hablar, y se ha mostrado convencida de que para llegar a acuerdos a veces hay que ceder, “porque el acuerdo siempre tiene que acabar con gente que pueda explicar lo que ha acordado”.

Y, para todo ello, ha resaltado que España cuenta con el mejor escenario, que es el marco constitucional de convivencia.

Sáenz de Santamaría ha confiado en seguir trabajando con Montoro “con la misma coordinación y el mismo entendimiento que hasta ahora” y ha agradecido la confianza que ha depositado en ella Mariano Rajoy: “Trataré de no defraudarle. Por horas, ni yo ni mi equipo vamos a escatimar”, ha prometido.

Al mismo tiempo, ha aprovechado para dar las gracias a sus colaboradores por su trabajo y pedirles que pongan “la misma ilusión, fuerza y empuje” que tenían en 2011.

Cristóbal Montoro, por su parte, ha señalado que el Gobierno tiene que afrontar ahora una etapa “exigente, pero no tan difícil”. “No va a ser tan difícil. No va a tener comparación con lo que asumimos en 2011 (...). Vamos a un tiempo claramente mejor”, ha pronosticado.

Su criterio es que la situación económica ha mejorado mucho y, por lo tanto, el trabajo en ese campo será menos complicado, aunque ha admitido que puede ser difícil desde el punto de vista político.