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Savater convierte a las “fieras” de la literatura en gatos en su último libro

Savater convierte a las "fieras" de la literatura en gatos en su último libro

EFE

México —

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“Aquí viven leones” eran las palabras con las que se señalaba el terreno desconocido en los antiguos mapas, y siglos después el filósofo Fernando Savater elige esta frase para bautizar su último libro, que presenta en México y con el que intenta que se pierda el miedo a las “fieras” de la literatura.

Con motivo de la llegada a México de la que, asegura, es su última obra, el pensador español mantuvo en la capital un encuentro para el público con los escritores Juan Villoro y Elena Poniatowska.

Una velada en la que también participaron, de manera intangible, William Shakespeare, Gustave Flaubert y Edgar Allan Poe, entre otros, ya que la charla estuvo salpicada por las anécdotas de estas personalidades de las letras, protagonistas del conjunto de ensayos elaborados por el filósofo y que conforman el libro.

Savater explora los lugares en los que se criaron y vivieron ocho grandes nombres de la literatura para conocer cuáles fueron sus “ventanas por las que miraban al mundo” y, ya de paso, servir como “llave” que invite al lector a explorar otros libros, afirmó el español durante el encuentro.

Los autores asoman entre las páginas de los ensayos “para que todos veamos que los leones están dispuestos a lamernos como gatos”, señaló Poniatowska a modo de metáfora.

“A las mujeres, Flaubert nos hizo el favor de convertirnos en Emma Bovary, aunque ahora estemos súper alivianadas (tranquilas) y si hay cualquier tipo de disfunción, optamos por el divorcio”, comentó la mexicana con el humor que le caracteriza.

Incluso se atrevió a comentar que hay una anécdota de Ramón del Valle-Inclán que Savater no conocía, a pesar de haber dedicado uno de sus ensayos al creador del género del esperpento.

Al desembarcar en México, relató la autora de “La noche del Tlatelolco”, el escritor español (1866-1936) se enamoró de Lupe Marín en la ciudad Guadalajara. Quizá, aventuró Poniatowska, a Marín le habría ido mejor con el autor de “Tirano Banderas” que con el muralista Diego Rivera, “que sólo atendía a su paleta y a sus colores”.

En su intervención, Villoro resaltó que Savater “ha puesto énfasis en algo que no siempre se aborda”, la relación de esos escritores con su público y los pleitos que en ocasiones surgían para defender sus obras.

Como, por ejemplo, ocurría con el “cometido común de Charles Dickens y Edgar Allan Poe para defender algo insólito en su tiempo, el 'copyright'”.

El filósofo no sólo ha incluido en el volumen “clásicos indiscutibles”, sino también autores “que para otros pueden ser menores”, como pasa con Agatha Christie.

Cuando se ocupa de la maestra del suspense literario, el pensador “establece de manera muy sugerente una asociación entre el trabajo de investigación de crímenes y la arqueología”.

Un acertado vínculo, ya que el marido de Christie era arqueólogo, algo que la británica celebraba porque, según sus propias palabras, cada vez se parecía más “a una ruina”, refirió Villoro, provocando las risas de los asistentes.

“Aquí viven leones” es, acotó el filósofo vasco, una “declaración de amor” por la literatura y los libros. Y también por su compañera de vida, Sara Torres, coautora de la obra y quien falleció cuando esta se encontraba en proceso de elaboración.

Savater recordó los voluminosos dosieres que Torres le preparaba con la información de los lugares a visitar, tras lo cual venía “lo mejor”, viajar juntos los entornos en los perduran las huellas de los grandes escritores: la tumba de Poe, el palacio italiano donde nació Giacomo Leopardi, los cafés donde Stefan Zweig curtió su literatura.

Los lugares, aseveró el pensador, “pueden conmover tanto como los libros”.

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