Steinmeier y Ayrault visitan el este de Ucrania tras declararse una nueva tregua

Los ministros de Asuntos Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, y Francia, Jean-Marc Ayrault, llegaron hoy a la región de Donetsk tras entrar en vigor esta medianoche una tregua de una semana en la zona del conflicto en el este de Ucrania.

Steinmeier y Ayrault inspeccionaron la base de la misión especial de la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) en Kramatorsk, escenario de cruentos combates entre el Ejército ucraniano y las milicias separatistas prorrusas en 2014.

Seguidamente, se desplazarán a la localidad de Slaviansk, uno de los principales bastiones separatistas tras la sublevación militar de abril de 2014, pero que ahora está bajo control gubernamental.

Steinmeier anunció ayer tras reunirse con el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, un alto el fuego de una semana en el este del país.

“Espero que podamos pasar de una tregua frágil a otra más estable. La situación ha mejorado desde el 1 de septiembre, pero no lo suficiente. Nuestro objetivo es seguir mejorando la seguridad”, apuntó.

Al respecto, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo hoy que “si la visita contribuye a que Ucrania cumpla con las obligaciones que asumió en los Acuerdos de Paz (de Minsk), entonces sólo podemos saludarla”.

Por su parte, Ayrault subrayó la víspera que París y Berlín trabajan para reanudar las negociaciones a nivel de presidentes en el formato de Normandía (Ucrania, Rusia, Alemania y Francia).

E insistió en que Kiev debe aprobar una ley sobre la concesión de un estatus especial a las zonas bajo control separatista y otra sobre la celebración de elecciones en esos territorios prorrusos, y declarar una amnistía para los implicados en el conflicto.

Mientras, el jefe de la diplomacia ucraniana, Pável Klimkin subrayó que el este de Ucrania es, “prácticamente, un protectorado de los militares y los servicios secretos rusos”.

Las negociaciones de paz están estancadas, entre otras cosas, por la falta de acuerdo sobre las elecciones en las zonas controladas por los separatistas, ya que Kiev exige garantías de seguridad y la presencia de observadores internacionales.

Además, Ucrania demanda el control de la frontera entre las regiones de Donetsk y Lugansk y el territorio ruso, mientras Moscú pide a Kiev que apruebe antes una ley que otorgue altas dosis de autonomía a las zonas separatistas.