Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Israel se prepara para una ofensiva en Rafah mientras el mundo mira a Irán
EH Bildu, una coalición que crece más allá de Sortu y del pasado de ETA
Opinión - Pedir perdón y que resulte sincero. Por Esther Palomera
Noticia de agencia

Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Esta información es un teletipo de la Agencia EFE y se publica en nuestra web de manera automática como parte del servicio que nos ofrece esta agencia de noticias. No ha sido editado ni titulado por un periodista de eldiario.es.

Suu Kyi rompe su silencio para acusar a los “terroristas” de “desinformación”

EFE

Bangkok —

0

La líder de facto del Gobierno birmano y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, rompió hoy su silencio para acusar a los “terroristas” -rebeldes rohinyas- de difundir un “iceberg de desinformación” durante ola de violencia que vive esta minoría en el oeste del país desde hace casi dos semanas.

En los incidentes ya han muerto 414 personas y 172.000 han sido desplazadas.

En su primer comentario desde el asalto perpetrado por los insurgentes del Ejército de Salvación Rohinyá de Arakan (ARSA), Suu Kyi acusó a los rebeldes, que ella al igual que el Ejército califica de “terroristas”, de dividir a las comunidades del país.

En una conversación telefónica con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, la dirigente birmana señaló que la “calculada” campaña de desinformación sirve “para promover los intereses” del grupo armado que combate al Ejército en el estado Rakhine (antiguo Arakan), donde viven 1,1 millones de musulmanes de la etnia rohinyá.

“Sabemos muy bien, mejor que la mayoría, lo que significa la privación de los derechos humanos y la protección democrática. Nos aseguraremos de que todas las personas del país sean protegidas, así como sus derechos a defensa humanitaria, social y política”, dijo, conforme a la transcripción oficial publicada hoy por su oficina.

Suu Kyi, galardonada en 1991 con el premio Nobel de la Paz, y el Gobierno birmano han sido criticados con dureza por países de mayoría musulmana, activistas pro derechos humanos y Naciones Unidas ante la falta de soluciones para situación de desamparo que viven los rohinyás, a quienes las autoridades locales niegan la ciudadanía

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresó la víspera su preocupación a que la reciente escalada de violencia que vive Birmania (Myanmar) pueda derivar en una “crisis humanitaria”.

Por cuarto día consecutivo, centenares de personas se manifestaron a las puertas de la embajada de Birmania en Yakarta para pedir el fin del conflicto entre los ciudadanos musulmanes y la mayoría budista.

Desde el 25 de agosto, cuando se reiniciaron los enfrentamientos, al menos 146.000 rohinyás han llegado a Bangladesh huyendo de la violencia en el oeste de Birmania, según cifras de la ONU.

La Unión Europea exigió el martes pleno acceso sin restricciones de la ayuda humanitaria para los rohinyás y pidió el fin de los abusos contra esta minoría.

No obstante, según la transcripción publicada, Suu Kyi no hizo mención durante la conversación al éxodo de rohinyás a territorio bangladeshí.

Al menos 371 rebeldes, 15 efectivos gubernamentales y 28 civiles han muerto en los doce días de conflicto, de acuerdo a los datos del comité de información de la Oficina de la Consejera de Estado, cargo que ocupa Suu Kyi.

Este organismo oficial también estimó en cerca de 7.000 las casas destruidas durante los combates, en 59 poblaciones de la región, lo que ha provoca más de 26.500 desplazados internos, sin desglosar la etnia de estos.

Desde el rebrote de los enfrentamientos, el ARSA y las Fuerzas Armadas birmanas se intercambian acusaciones sobre violaciones de los derechos humanos.

Al ARSA se le atribuye un ataque similar en octubre de 2016 que causó la muerte de nueve policías y desencadenó una operación de represalia del Ejército que duró cuatro meses.

La ONU y varias organizaciones condenaron esa campaña militar en la que denunciaron todo tipo de abusos contra la población civil, incluidos asesinatos, saqueos y violaciones, y que llevó por entonces a unos 74.000 rohinyá a refugiarse en Bangladesh.

Más de un millón de rohinyás viven en Rakhine víctimas de una creciente discriminación desde el brote de violencia sectaria de 2012, que causó al menos 160 muertos y dejó a unos 120.000 de ellos confinados en 67 campos de desplazados.

Las autoridades birmanas no reconocen la ciudadanía a los rohinyá, y les considera inmigrantes bengalíes, y les impone múltiples restricciones, incluida la privación de movimientos.

Etiquetas
stats