Taiwán teme un estrechamiento del cerco internacional de China a la isla

El organismo taiwanés encargado de los lazos con China dijo en un informe presentado hoy ante el Parlamento isleño que Pekín intensificará su presión sobre la isla para que acepte una futura unificación.

El Consejo de Asuntos de China señaló en su informe que China aumentará su presión sobre el gobierno de la presidenta Tsai Ing-wen, del independentista Partido Demócrata Progresista, para que acepte el llamado “Consenso de 1992”, una fórmula ambigua que para Pekín significa que la isla es parte de China.

China hace frente a serios desafíos internos y externos antes del decimonoveno Congreso Nacional del Partido Comunista de China, previsto para el 2017, y su liderazgo quiere mostrar que controla el tema de Taiwán, señaló el informe.

El bloqueo chino a la participación taiwanesa en la asamblea de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), inaugurada el martes en Montreal, Canadá, donde ni siquiera se permitió que los periodistas de medios taiwaneses cubrieran el evento, muestran el endurecimiento de Pekín.

Las acciones chinas para bloquear la participación taiwanesa en la OACI y no permitir que los medios isleños cubran el evento “ha dañado las relaciones a través del estrecho de Formosa y los sentimientos de los taiwaneses”, dijo el informe.

Desde la toma de posesión de Tsai, China ha presionado a Taiwán en el campo internacional con el traslado a Pekín de sospechosos taiwaneses de fraude en el extranjero, presión sobre la isla en la Asamblea de la Organización Mundial de la Salud, disminución del envío de turistas chinos y otras acciones.

El nuevo gobierno taiwanés se niega a aceptar las exigencias chinas de reconocer el “Consenso de 1992”, pero quiere la paz y estabilidad en el estrecho de Formosa e hizo un llamamiento a Pekín para adoptar una postura pragmática y desbloquear los lazos.

Pekín suspendió todos los contactos oficiales y semioficiales con la isla, tras la llegada al poder de Tsai el 20 de mayo.

En Taiwán preocupa que Pekín lance una campaña para arrebatar a la isla sus 22 aliados diplomáticos, la mayoría de ellos países de Latinoamérica y el Caribe.